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Hoy, Marina Goldovskaya asistirá a la proyección de uno de sus filmes en la Cineteca

A partir de mis documentales es posible comprender lo que hoy pasa en mi país

De entre su obra destacan aquellos sobre los gulags, importantes, porque hay quienes no saben nada de ese tema, consideró en entrevista la también fotógrafa, académica y escritora

Foto
Goldovskaya es una de las documentalistas rusas más importantes de las décadas recientes; su filmografía abarca 32 documentales para cine y más de 100 programas para televisión. En la imagen, un fotograma de su cinta reciente, El sabor amargo de la libertad, que se proyectó ayer y cerrará la retrospectiva
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de junio de 2011, p. 8

El problema es que la gente sabe muy poco sobre nuestra historia, sobre la Rusia histórica. Quien haya leído a Alexander Solyenitzin, de generaciones recientes, incluso de quienes no habían nacido aún y tienen 15 o 20 años, no saben nada de esto. Por eso son importantes mis documentales sobre lo que fue el gulag, expresó ayer la directora de cine Marina Goldovskaya.

En entrevista con La Jornada, esta realizadora nacida en Moscú, quien se encuentra en México para presentar y engalanar una retrospectiva de su obra en la Cineteca Nacional, la cual se inició ayer, agregó: No quiero generalizar y decir que todos los jóvenes son así, porque hay algunos que sí saben, pero la mayoría no. Esa es una gran razón, para mí, para seguir haciendo estas películas.

En la retrospectiva se podrán ver nueve largometrajes de Goldovskaya, una de las documentalistas rusas más importantes de las décadas recientes. Es productora, fotógrafa, académica y escritora. Su cine ha trascendido las fronteras de Rusia, llegando a Francia, Estados Unidos y Alemania. En esta ocasión, la Cineteca Nacional la invita para resaltar su restrospectiva, que se desarrollará hasta el 3 de julio, en la Sala Arcady Boytler. Hoy, sábado 25, a las 19:30 horas, presentará el filme Un campesino de Arkhangelsk, para después dar paso a una sesión de preguntas y respuestas con los asistentes.

Sobre el cambio político en su país, después de la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, comentó: Se puede abrir cualquier periódico y leer al respecto. Hemos tenido el mismo presidente... preferiría no hablar de política.

En esta ocasión, el público podrá analizar el documental Solovki Power (Unión Soviética, 1987), uno de los documentales más reconocidos en los fesivales de cine de Moscú, Amsterdam y Berlín, con el cual la realizadora ganó fama mundial por abordar por primera vez en la historia del cine el tema de los gulag, campos de trabajo y castigo utilizados por el Estado soviético para encerrar a cualquier opositor al sistema.

A partir de mis películas es posible comprender lo que hoy pasa en mi país.

Sin influencia de Marx

Se le hizo ver que en México, en la década de los 70, en los Colegios de Ciencias y Humanidades, los alumnos recibían clases de marxismo, materalismo histórico y dialéctico. Opinó que ya no existe eso, ¡gracias a Dios! Tuvo gran influencia, pero ni siquiera del marxismo, sino del estalinismo, del leninismo. No el marxismo, que nunca quiso decir la manera como fue interpretado después. Nunca he leído a Marx. Era tan aburrido y no tuvo la menor influencia en mí, en lo más mínimo.

Precisó que ya no hará más cine sobre los gulag. Es un tema que ya ha sido explicado y la gente que estuvo involucrada ya murió. Todo lo que quería decir sobre los gulag ya lo dije.

No sólo son esos temas duros los que ha tocado con su cine, sino los cotidianos y tan trascendentes, como el amor a los padres, la muerte de un familiar. Su filmografía abarca 32 documentales para cine y más de 100 programas para televisión.

Sobre sus otros temas, más allá del gulag, dijo: Intento hacer películas sobre la vida. La vida está llena de amor, con gente con pasión. Así que el tema del cine depende del personaje. Vean la última película que hice... ¡No! No es la última, sino la más reciente que he hecho.