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Demandan el rescate de los muertos en Pasta de Conchos

Piden ONG intervención de la OIT para evitar trabajo infantil en pozos
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de junio de 2011, p. 16

La Familia Pasta de Conchos y el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) presentaron ante la asamblea general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) casos de los niños mineros mexicanos, como el de Jesús Fernando Lara, sobreviviente del pocito 3, de Sabinas, Coahuila, que cumplió 15 años el 20 de mayo pasado, y que sufrió la amputación del brazo derecho en el accidente en que perdieron la vida 14 trabajadores.

Lara “no trabajaba en el pocito por vacaciones o llevado por su papá, como declaró Javier Lozano (secretario del Trabajo); ganaba 900 pesos a la semana, en la empresa Beneficios Internacionales del Norte, menos 176 pesos que le descontaban del consumo en la tienda relacionada con el empleador”, señalaron las organizaciones.

Pidieron a la asamblea de la OIT un pronunciamiento en contra del trabajo infantil minero, a fin de que se dé un golpe de timón en el país para que la minería del carbón no continúe, como hasta ahora, cobrando vidas de trabajadores. Además demandaron que se sume al consenso nacional que clama por el rescate de los cadáveres de 63 mineros que aún siguen en Pasta de Conchos, luego de 64 meses.

Según expusieron urge una misión de contacto directo de representantes de esta organización para que visiten la región carbonífera mexicana.

Al hacer referencia al Día Mundial contra el Trabajo Infantil, estas organizaciones hablaron de los casos de los niños mineros, como el del pocito Ferber, donde menores fueron registrados en la seguridad social a los 19 años, luego de tres de antigüedad. “Hemos identificado en seis lugares, cuando menos, inspeccionados por la Secretaría del Trabajo durante 2010, donde laboraban 15 menores de edad. Esto significa 18 por ciento de las minas inspeccionadas, no precisamente las existentes.

El trabajo de los menores, además de bajar costos de producción, permite que niños y jóvenes que todavía no han alcanzado la estatura de un adulto se desplacen fácilmente por los pocitos, que suelen tener 1.5 metros de altura.