Sociedad y Justicia
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Urgen normas para su desecho, advierten

Creció 13 veces consumo de pilas en México: UAT
 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de mayo de 2011, p. 49

En México el consumo de pilas se incrementó 13 veces en la pasada década, al pasar de 2 mil 500 toneladas en 1996 a 32 mil 900 toneladas en 2007. En promedio se comercializaron 600 millones de pilas y baterías al año, de las cuales 200 millones fueron piratas.

José Antonio Guevara García, catedrático de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), señaló que no existe un marco legislativo que regule su uso y desecho, por lo que es urgente un plan o modelo de gestión que controle los residuos, que pueden ocasionar graves daños ambientales y a la salud.

Enfatizó que entre los riesgos sanitarios más graves por un mal manejo en el desecho y residuos de pilas y baterías están posibles daños en cerebro y riñones, así como en el sistema nervioso y reproductivo, parálisis estomacal, anemia y cambios en los niveles de colesterol, entre otros.

Guevara García, profesor del laboratorio de investigación en bioinorgánica y biorremediación de la UAT, destacó que a diferencia de la Unión Europea, donde existen leyes para el tratamiento de los desechos de estos productos, en México vamos muy retrasados en la materia a pesar de que su consumo se sigue incrementando.

Aseguró que desde 1993 la Comunidad Europea prohibió la comercialización de pilas alcalinas para prevenir el riesgo de fuentes de contaminación ambiental o daños a la salud de los consumidores.

En contraste, en México no hay un control estricto, pues, de acuerdo cobn cifras oficiales del Instituto Nacional de Ecología, en general, la venta de pilas y baterías se ha incrementando de forma exponencial, pues pasamos de consumir 5.2 pilas per cápita en 1996 a 12.6 pilas por habitante en 2002.

En materia legislativa hay un proyecto de norma mexicana impulsada desde 2006, aunque muy laxa, pues en México no existe restricción alguna a la importación y a la comercialización de pilas. Se carece por ejemplo de una regulación que limite el contenido de mercurio y cadmio, concluyó el catedrático.