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Situación social adversa, base de la violencia: Manuel Valenzuela

La proscripción es una medida cosmética, opina experto del Colef
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de mayo de 2011, p. 12

La narcoviolencia en el país no es resultado de la difusión de narcocorridos ni del surgimiento de modelos de estética narca, como el denominado Movimiento Alterado –que emplea corridos, películas y videos para reproducir mensajes de violencia explícita–, sino de las condiciones que enfrentan miles de jóvenes sin acceso a educación ni empleo, quienes se han convertido en la llamada “generación to-na, del todo o nada, donde la premisa es ‘más vale vivir una hora de rey, que una vida de buey’”, afirmó José Manuel Valenzuela, sociólogo e investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), autor del libro Jefe de jefes. Corridos y narcocultura en México.

En entrevista con La Jornada, aseguró que prohibir los narcocorridos no sólo es una medida cosmética y efectista, pues mientras perduren las condiciones que hacen posible una creciente violencia social, tanto los corridos, el rock, el rap, o cualquier otro género musical o expresión artística, dará cuenta de esto, porque es la realidad que enfrentamos de forma cotidiana.

Advirtió que el veto ordenado por el gobernador de Sinaloa no es el primer intento de prohibir los narcocorridos.

En 1987, indicó, durante el gobierno de Francisco Labastida en Sinaloa, se aplicaron las primeras acciones para intentar que no se escucharan los narcocorridos, pues promovían conductas antisociales, que es lo que hoy afirman. Esto es quizá lo más preocupante, porque no podemos subestimar la imaginación de las conciencias censuradoras, y lo que más tarde puedan considerar que representa riesgo para el orden público.

–¿Qué ha llevado a los jóvenes a interesarse en el mundo del narcotráfico?

–En América Latina enfrentamos la llamada década perdida, donde una gran cantidad de jóvenes les fue expropiada la esperanza, a diferencia de otras décadas donde podían tener un proyecto de vida mediante la educación y un empleo, que aunque precario permitía sobrevivir. La destrucción de la esperanza ha generado frustración, un incremento en la desigualdad, concentración de la riqueza en muy pocas manos, y nos hemos convertido en sociedades con valores profundamente inmorales, pues mientras se valora el acceso a muchos productos del mercado y se da reconocimiento social a personajes evidentemente corruptos, se ha perdido el valor de la ética del trabajo. Un obrero que trabaja 10 horas al día durante 60 años de forma honrada y constante, nunca ganará lo que un simple futbolista o boxeador profesional gana en una temporada.

–¿Hay alternativas para los jóvenes ante la presión para que ingresen en la delincuencia?

–Los jóvenes están atrapados entre dos escenarios: por un lado está la oferta del mercado, con todos los satisfactores materiales para decir que ya la hiciste en la vida, y por otro hay desempleo, falta de acceso a la educación, incertidumbre, zozobra y miedo; entonces aparece el narco, que te ofrece eso a lo que no tienes acceso. Y se la juegan. Si vas a los barrios de Tijuana, cualquier ciudad fronteriza o del centro del país y les preguntas si alguien les ofreciera 5 mil dólares por un trabajo ilícito y esto les costara cinco años de su vida en la cárcel, te dicen me la juego, porque cuando no tienen en sus marcos cotidianos opciones viables de vida, consideran que quizá del otro lado si la puedan construir. Hay un estado adulterado de las oportunidades de vida.

–¿Qué impacto puede tener el veto de narcocorridos para fortalecer una cultura de legalidad?

–No por atacar a los narcocorridos como género musical se acabará con las bases del narco. Los corridos son parte de la experiencia cultura del norte y centro del país, sin duda seguirá cabalgando con sus historias, pero estamos viviendo una situación donde la presencia del crimen organizado se ha vuelto extremadamente visible para la población, muy descarada y cruenta. La gente debe afrontarlo desde su cotidianidad y la narrativa que describe esos sucesos se ha polarizado, se ha vuelto más clara.

–¿Cómo surge el llamado Movimiento Alterado?

–Una de las corrientes dentro del género de los corridos se ha hecho más explícita en el contenido de sus letras, entre ellos los llamados corridos perrones, que van por el uso de un discurso menos metafórico. En el caso del llamado Movimiento Alterado, tampoco podemos afirmar que todos los narcocorridos están en esta lógica, que sobre todo se expresa en el corredor que va de Los Ángeles a Sinaloa, donde se asumen códigos explícitos en sus canciones, particularmente sobre el cártel de Sinaloa y sus figuras emblemáticas. Recrean una narrativa que contiene un profundo desden hacia la vida, como vemos en las narcomantas, donde hay una evidencia muy clara de las lealtades a la cúpula narca.