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El escritor plantea no separar lo ideal de la acción política, ser realista y pedir lo imposible

En el país prevalece la anomia; es urgente ejercer la democracia desde abajo: Bartra

La utopía posible. México en vilo: de la crisis del autoritarismo a la crisis de la democracia, volumen editado por La Jornada, se presentó en la FILU 2011, que se realiza en Jalapa

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México vive una situación que no se veía desde la Conquista, lamentó BartraFoto Sergio Hernández Vega
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 22 de mayo de 2011, p. 3

Jalapa, Ver., 21 de mayo. Como en plena conquista española, México vive actualmente una anomia en la vida pública, pues faltan reglas y hay ahuecamiento de las palabras; los poderes fácticos, desde la oscuridad o el cristal de la pantalla del televisor, han pervertido la política y han impuesto el poder sobre la justicia, sentenció el escritor y activista Armando Bartra al presentar su libro La utopía posible. México en vilo: de la crisis del autoritarismo a la crisis de la democracia, editado por La Jornada.

Bartra expuso que “en el México de las narcofosas es urgente apelar al ejercicio de la política con ética y moral –aunque suene a utopía– desde abajo, desde la colectividad organizada se debe llegar a la acción política para reclamar y obligar a los políticos a ejercer la democracia, la honradez, la austeridad y el bien común”.

El libro, insistió, apuesta a analizar las circunstancias que permitan resanar la moralidad política, económica y social en el contexto del grito colectivo de ¡Estamos hasta la madre!

Teoría contradictoria

La utopía posible. México en vilo: de la crisis del autoritarismo a la crisis de la democracia fue presentado en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2011, organizada por la Universidad Veracruzana (UV). El volumen es referencia obligada, porque analiza el derrotero de la izquierda y las movilizaciones sociales en México durante la década pasada, citó el investigador de la UV, Alberto Olvera.

Precisó que la discusión y el aprendizaje de la lucha por la democracia y el acompañamiento de las luchas sociales, en sus utopías locales y nacionales, aterrizan en un realismo utópico planteado por Bartra que, aunque parezca contradictorio, se refiere a que no es conveniente separar la utopía de la acción política: tal es el arte de una política de transformación de estructuras: la combinación de las dos partes, la utopía y la acción política.

Bartra resume este planteamiento: hay que ser realista y pedir lo imposible, pero también hay que ser utópico y hacer lo que se puede. Lo anterior frente a un contexto de genocidio y decadencia que vive el país, “donde diariamente amanecemos con la cifra de los matados (personas ejecutadas por el crimen organizado) sin nombre ni rostro, como tampoco los tienen los matadores”.

Es el rostro desollado de la patria que revela que México vive actualmente una situación que no se veía desde la conquista española, de anomia, que es la falta de reglas y de palabra, el ahuecamiento de las palabras, hay una anomia de la sociedad y de la política en la que el mundo de los poderes fácticos, desde las sombras del gran dinero o desde el luminoso vidrio de la pequeña pantalla, en el mundo de las reglas no escritas, en la selva donde impone el más gandalla y desalmado, donde se impone el poder y no la justicia, en un mundo así hay un ejercicio imoral, una práctica ajena a la ética.

Al señalar la necesidad de releer a los clásicos que escribieron sobre el ejercicio de la política, como Maquiavelo y Aristóteles, el escritor resaltó la urgencia de reconstruir el Estado, las instituciones y la sociedad misma desde el movimiento colectivo. Si no podemos exigir que un político sea honesto, austero, demócrata y veraz, sí podemos pugnar por la utopía de resanar la moralidad política, económica y social.

Comparó el actual contexto de un colapso cívico de México con la realidad italiana en el siglo XV en la que Maquiavelo escribió su obra El príncipe, que no fue para los poderosos, sino para el pueblo llano: “Como en la Italia del siglo XV, de los Borgia, en el México de las narcofosas y los políticos de la tele, es vital interiorizarse en las prácticas del poder, los mexicanos rasos parece que están decididos a emanciparse y por fin han dicho: ¡Estamos hasta la madre!, que es algo muy fuerte y muy certero, aunque aquí la política está muy padroteada.”

La propuesta del libro, insistió, es analizar las circunstancias y no las conyunturas para apostar a la unidad colectiva y desde allí buscar la regeneración del campo social y el reordenamiento moral en el ejercicio político. Eso sólo se dará con la movilización y la participación colectiva en lo que venga, entre ellos el proceso electoral del año próximo. Es más grave equivocarnos sin haber apostado que apostar con sentido de futuro, aunque nos equivoquemos, dijo en respuesta a la pregunta del público sobre si el ¡Estamos hasta la madre! predominará en el escenario electoral de 2012.”