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Esteban Castellanos celebrará 500 representaciones de su monólogo Los niños perdidos

Denuncia actor en escena el maltrato y abandono de amplios sectores de la niñez

El problema persiste, aumenta y se hace más complejo, afirma el también director teatral

Critica que la SEP restrinja la enseñanza artística y el civismo que les da valores e identidad

 
Periódico La Jornada
Viernes 20 de mayo de 2011, p. 5

Ante la situación de vulnerabilidad y marginación en que se encuentran millones de ellos –dentro y fuera de sus familias–, los problemas cotidianos que enfrentan para sobrevivir, y el dolor y la indiferencia que los persigue sin pausa, se puede deducir que vivimos en un país al que no le importan sus niños ni sus jóvenes.

Este sábado el director y actor Esteban Castellanos tendrá motivos para celebrar, pero también para lamentarse, pues se cumplirán 500 representaciones de Los niños perdidos, monólogo que aborda el maltrato y abandono de amplios sectores de la niñez mexicana, problema que persiste, aumenta y se hace más complejo, ya que además los pequeños son reclutados por el crimen organizado.

Basada en el cuento A los pinches chamacos, escrito en los años 90 por Francisco Hinojosa, esta obra, actuada y dirigida por Castellanos, concluirá el domingo 29 una temporada de dos meses en el teatro El Milagro (Milán 24, colonia Juárez).

Pero antes, el sábado 21, a las 13 horas, se realizará la representación número 500, después de exhibirse desde 2004 en escenarios de Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú, Argentina y Estados Unidos, así como en urbes de Nuevo León, Coahuila, Guerrero, Aguascalientes, San Luis Potosí, Oaxaca y la ciudad de México.

Por ese motivo se develará una placa conmemorativa en una ceremonia en la que participarán padrinos de lujo, como el propio Hinojosa, además de Daniel Giménez Cacho, Joaquín Cosío, Juan Villoro y Carmen Luna.

Los niños perdidos narra la historia de tres chamacos víctimas violencia intrafamiliar que se escapan de sus casas, pero en la calle enfrentan las agresiones y la marginación de una sociedad egoísta e irresponsable, por lo que la respuesta de los pequeños será... a balazos.

Una de las intenciones del montaje, dice Castellanos en entrevista, es crear conciencia de la necesidad de construir un mundo donde los niños vivan en condiciones dignas, bajo la protección de una familia, con un verdadero derecho a la educación, a jugar y desarrollarse en una sociedad solidaria, en la que predominen la igualdad y el amor.

Castellanos, quien también dirigió Benito antes de Juárez, escrita por Edgar Chías, menciona varios responsables del descuido que padece la niñez, en primer lugar los padres de familia, desorientados, desinformados y hostiles a las necesidades de sus hijos.

Foto
Esteban Castellanos durante la entrevistaFoto Jesús Villaseca

De igual modo los maestros, con quienes los niños pasan buena parte de su tiempo y la mayoría de los cuales carece de vocación para enseñar y formarlos.

O el gobierno, en particular la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la mala calidad de su enseñanza, además de que ha reducido rubros como la instrucción artística y el civismo, que daban valores e identidad a los pequeños.

También, agrega, los contenidos que manejan los medios de comunicación electrónicos, en particular el duopolio televisivo, que de manera peligrosa ha ido consolidando el control de los diversos sectores de la sociedad, mediante una programación que promueve el consumismo, la violencia, la discriminación, el egoísmo y la despolitización.

Castellanos ha percibido la tensión que se genera en las butacas cuando en el escenario aparece la violencia contra los niños, pues se asemeja a un espejo en el que se miran muchos de los espectadores, padres e hijos, pobres y ricos, pues entre las clases medias y altas también existe el maltrato infantil.

El público, destaca, tiene reacciones catárticas debido al manejo del humor negro. Son necesarios la farsa y el sarcasmo porque si no esta tragedia social se convertiría en melodrama. Y en los adultos tocamos esas fibras sensibles de que todos fuimos niños.

En esta obra el reto ha sido hacer pensar a la sociedad sobre el maltrato a los niños.

Cuenta que él también creció en el barrio, en la Buenos Aires, donde vio familias desintegradas, amigos que fueron asesinados y que en la escuela algunos compañeros llegaron a llevar pistola.

Luego vio cómo varios de sus amigos de la infancia fueron dejando la escuela, sus casas y la colonia, en busca de trabajo y huyendo de su dura realidad. El país no está ofreciendo nada a sus niños y sus jóvenes.

Esteban Castellanos informa que Los niños perdidos se presentará en un festival de monólogos en varias ciudades del norte y el occidente, como Culiacán, Durango, Monterrey, Torreón, Nuevo Laredo, Colima y Morelia.