La empresa española Hansa Urbana, promotora del proyecto Cabo Cortés, en Baja California, México, promueve un turismo depredador en ambas naciones, en vez de generar desarrollo económico y social, a la vez que crea problemas socioeconómicos, ambientales y políticos en las regiones donde se instala, denunciaron académicos y organizaciones ambientalistas de México y España. Otro de los riesgos que se advierten por la participación de Hansa Urbana en la construcción del proyecto Cabo Cortés es su fragilidad económica, ya que el capital de la empresa depende de la participación de la Caja de Ahorro del Mediterráneo (CAM), que tiene graves problemas financieros. La CAM posee más de 24 por ciento de las acciones de Hansa, y esta última tiene una deuda de 800 millones de euros con la CAM. La CAM está cercana a ser rescatada por el Banco de España, con lo que Cabo Cortés pasaría a ser propiedad del gobierno español, advirtió Macia Blázquez, de la Universidad de Baleares. Durante la jornada Modelos de desarrollo inmobiliario y turístico: ¿hacia qué desarrollo?, que se realiza en España, los participantes analizaron el fracasado modelo turístico inmobiliario español y su rampante expansión en el mundo, principalmente en el Caribe mexicano y en el Golfo de California, donde se encuentra el parque nacional marino de Cabo Pulmo, ahora en riesgo por Cabo Cortés.