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Creó al alimón, con Troub’s, el cuaderno de viaje Viva la vida, publicado por Sextopiso

Edmond Baudoin ilustra en un libro la realidad de Ciudad Juárez

En esa urbe hay jóvenes que quieren todo: dinero, drogas y armas, dice el dibujante

Retratar a los juarenses me hace pensar en la florecita que nace entre las grietas del cemento

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Bosquejo de Ciudad Juárez, Chihuahua en ilustración tomada del volumen Viva la vida: los sueños de Ciudad Juárez
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Troub’s y Baudoin, en ilustraciones tomadas del volumen Viva la vida: los sueños de Ciudad Juárez
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de mayo de 2011, p. 3

El artista, todos los artistas, tenemos la necesidad de oponer la vida a la muerte. Y esa necesidad, de la que habla el dibujante francés Edmond Baudoin, fue la que lo llevó, junto con su par Jean-Marc Troubet, Troub’s, a una de las zonas más conflictivas: Ciudad Juárez. La frontera.

El resultado es el cuaderno de viaje Viva la vida: los sueños en Ciudad Juárez, dibujado al alimón por Baudoin y Troub’s y prologado por el escritor Paco Ignacio Taibo II. El volumen, publicada en castellano por Sexto Piso, se presentó anoche en una librería de Miguel Angel de Quevedo.

En 1968 yo soñaba con que no hubiera más fronteras en el mundo. Pensaba, como muchos jóvenes, que ya no las habría en ninguna parte del mundo, pero al contrario: se han multiplicado, dice el ilustrador en entrevista.

Baudoin mueve las manos todo el tiempo, sonríe y repite muchas veces ¡La vida! ¡La vida! Eso es Ciudad Juárez para este par de extranjeros que se lanzaron a recorrerla con una cosa en mente: preguntar a sus habitantes, ¿cuál es su sueño?

Las respuestas que acompañan los retratos se repiten a lo largo de las páginas: la paz, estudiar, viajar, educación para mis hijos, ser veterinario, trabajar. Trabajar. Trabajar.

Detenerse y conocer

En Ciudad Juárez habitan 1.5 millones de personas, no un millón 500 mil sicarios. A los sicarios no los vemos, subraya Baudoin.

Este volumen es un libro de sueños, pero sin abandonar el contexto de violencia que se vive en esa urbe fronteriza. No es un libro ingenuo, pero al colocar los sueños al lado de las páginas de los periódicos, las ejecuciones, los feminicidios, esos sueños dejan una marca.

“En la actualidad caminamos mucho, viajamos, nos cruzamos con mucha gente en la calle sin saber quiénes son. No los volvemos a ver y eso nos hace reflexionar. Este libro significa detenerse y ver a esos desconocidos en Ciudad Juárez. Detenernos y estar un minuto con un ser humano.

“Andy Warhol decía que con la televisión y los medios todo el mundo iba a ser famoso por 15 minutos.

“Pero ahora vemos que no es lo mismo, son los mismos quienes están en la televisión, se equivocó Warhol. Hay que luchar contra eso y hacer imágenes de la gente que vemos afuera. No soy el único en hacer esto.

Muchos artistas se detienen para ver las cosas, a las personas, a través de fotos, documentales. Hacerles preguntas a estas personas. Estos artistas lo que quieren hacer es detenerse y conocer a la gente.

Israel-Palestina, otra flor

Para entender lo que ocurre en Ciudad Juárez hay que partir de que en esta vida todo es una confrontación, propone Baudoin.

“La primavera, el verano, el otoño, el invierno, son una confrontación. Los seres humanos somos hijos de la confrontación. Los elementos, el hambre, el sueño, la música también son una confrontación. El hombre es el único animal que sabe que va a morir un día. Justo esta confrontación y saber que va a morir hace que muchos seres humanos quieran todo.

“En Ciudad Juárez hay jóvenes que quieren todo al mismo tiempo, porque el dinero es fácil. El dinero, las drogas y las armas. Quieren todo, como si tener todo les ahorrara la muerte. Pero hay personas que ganan menos de 200 dólares al mes y sueñan con amor, paz, un trabajo mejor para sus hijos, y caminan por la calle y ven a los chavos en enormes camionetas blindadas. ¿Cómo aceptar eso? Eso es la confrontación en Ciudad Juárez. Es la muerte.

Las diferencias ahí son muy grandes entre el hombre y el dinero. Las personas de la ciudad son magníficas y te dan ganas de abrazarlas, trabajan, sueñan, se quieren, pero las matan. ¿Para qué?

Por eso este libro. Es la vida. Si la muerte se convirtiera en algo más importante que la vida entonces ya valió gorro para el hombre. La muerte siempre está. Eso no es nada nuevo. Pero retratar a las personas de Ciudad Juárez me hace pensar en esa imagen de una calle de cemento en el que crece una florecita entre las grietas.

Ahora, Baudoin tiene otra flor en mente. Otra frontera. La que divide a Israel y Palestina.