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Medvediev promete modernizar las fuerzas armadas

Rusia conmemora el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi hace 66 años
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 10 de mayo de 2011, p. 25

Moscú, 9 de mayo. Rusia aspira a ser no sólo un país floreciente y estable, sino también una potencia que merezca el respeto de todos en el mundo. Para ello, no escatimará recursos para modernizar sus fuerzas armadas y dotarlas del armamento más efectivo, prometió este lunes el titular del Kremlin, Dimitri Medvediev.

El presidente ruso dijo lo anterior en la recepción oficial con motivo del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, poco después del tradicional desfile militar con que se celebra aquí la fiesta más sagrada para los rusos, como la llamó Medvediev.

Hace 66 años, la noche del 8 de mayo de 1945 en Alemania –cuando en Rusia, por la diferencia de horas, ya había comenzado el día 9–, se produjo la capitulación del ejército hitleriano en la Segunda Guerra Mundial, una victoria que costó al pueblo soviético más de 27 millones de vidas.

Nuestro deber es preservar la paz alcanzada como resultado de la victoria, afirmó Medvediev al felicitar a los ya octogenarios veteranos de guerra, muchos acompañados de sus nietos o bisnietos, que se dieron cita en la Plaza Roja para presenciar el tradicional desfile militar, junto con autoridades civiles y castrenses, así como miembros del cuerpo diplomático.

Esta vez –ausente el sol, en una mañana en la que no se realizó el derroche de años anteriores con aviones que lanzaban agentes químicos para dispersar las nubes– hubo menos armamento y más militares.

Cerca de 20 mil soldados y oficiales desfilaron frente a la tribuna de honor, delante del mausoleo de Lenin, oculto por un inmenso mural fotográfico alusivo a la fiesta.

Desde ahí, Medvediev –flanqueado por el primer ministro, Vladimir Putin, y el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov– observó el paso de la unidades del ejército ruso y de una muestra de su armamento más reciente.

El adoquinado de la Plaza Roja se cimbró con el peso de los transportes blindados BTR-80, los tanques T-90, las piezas de artillería autopropulsada Msta-S, los carros de combate de la infantería de marina BMP-3, los sistemas de misiles antiaéreos S-400, las lanzaderas de cohetes múltiples Smersh, los complejos misilísticos Iskander-M y los portadores de misiles intercontinentales Topol-M.

No se exhibió ningún arma nueva –algo habitual en tiempos de la guerra fría, cuando la Plaza Roja era el escaparate soviético de la carrera armamentista–, aunque tampoco faltó hoy una selección de lo mejor que tiene el arsenal ruso.

En lugar de los 127 aviones de combate que surcaron los cielos de la capital de Rusia el año pasado, en el 65 aniversario de la victoria, ahora sólo cinco helicópteros Mi-8 participaron en el cierre de la parada militar, llevando colgadas la bandera de Rusia y las enseñas de sus fuerzas armadas.

Por la noche, 30 salvas de fuegos artificiales desde 12 puntos diferentes dieron fin a la celebración del Día de la Victoria en Moscú.

En otras ciudades de Rusia igualmente hubo desfiles militares y encuentros en los parques con los veteranos de la guerra, que por razones de edad cada vez son menos.

En las repúblicas de la antigua Unión Soviética se celebró la fiesta como propia, pero también se registraron minoritarios incidentes de corte ultranacionalista.

El más grave, de acuerdo con la información disponible hasta el momento, tuvo lugar en la ciudad ucraniana de Lvov, donde un grupo de jóvenes trató de impedir la reunión de los veteranos de guerra y atacó a las personas que asistían al homenaje junto al monumento al soldado desconocido.

Después, quemaron una bandera roja, como era la soviética, frente a la sede del Ayuntamiento de esa ciudad de Ucrania occidental y se enfrentaron a golpes con la policía.