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Marcha por la paz

Contraproducente, usar el Ejército contra el narco, dice el amigo del poeta

Pese a la violencia, México aún es capaz de festejar: Jean Robert
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de mayo de 2011, p. 5

Coeditor de la revista Conspiratio junto con Javier Sicilia, con quien ha colaborado en proyectos editoriales, Jean Robert, filósofo de origen suizo, sotiene en relación con el papel del Ejército en la lucha contra el narcotráfico: ha sido totalmente contraproducente para llegar a la paz; puede ser muy eficiente si se trata de instaurar un régimen militar. Si esa es la finalidad, están usando los medios para llegar a eso, pero contra la voluntad de los ciudadanos.

Con más de 70 años de edad, 40 de los cuales ha vivido en México, Robert sostiene que este no es el país más violento del mundo; están Irak o Afganistán. Lo que caracteriza a México es una violencia voluntariamente espectacular. Me da miedo pronunciar palabras, pero es una violencia que descuartiza, que tortura, lo que hace pensar que se requiere un entrenamiento especial, porque el hombre no es un ser propenso a ejercer este tipo de violencia; lo que hay es gente entrenada para perder todo sentimiento de piedad.

–¿Qué piensa de la lucha del gobierno por controlar la violencia?

–Es una lucha perdida. No sé lo que quieren ganar –sostiene.

Dice haber llegado a México en aquellos felices años 70. De entonces para acá, su percepción del país ha cambiadao. Hay menos pobreza, pero hay más miseria, una miseria que puede tener incluso signos de riqueza, pero a pesar de todo, en esta nación hay algo que todavía está sumamente vivo, porque es un pueblo capaz de festejar, de despertar. Tengo esperanza, aunque a veces los hechos parecen contradecirla. Un hombre no puede vivir sin esperanza.

Robert observa el paso del contingente de la Marcha por la Paz con Justifica y Dignidad. ¿Qué es lo que me da esperanza? Esto, por ejemplo, afirma mientras observa el paso del contingente que avanza rumbo a Ciudad Universitaria. En ocasiones –agrega– hay capacidad de separar entre la gente muy viva.

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Arribo a Ciudad Universitaria de la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad encabezada por el poeta Javier Sicilia (derecha)Foto Francisco Olvera

“A veces el dolor está también muy cercano a la alegría. El dolor hasta puede tener expresiones alegres. Aquí no hay nada fúnebre; he visto a Olga Reyes –a quien le han matado varios miembros de su familia y es, de hecho, la única que se mantiene visible, pues el resto salió de Chihuahua en busca de asilo–, quien es una persona sumamente alegre. Ella vive su dolor, pero no ha perdido la alegría por la vida”, dice Robert.

En esta lógica, cuestiona las estrategias gubernamentales para enfrentar la coyuntura de violencia actual: “estamos frente a unos gobernantes que se creen capaces de separar con claridad el grano bueno de la cizaña, pero no ven que ellos también son cizaña.

Mi miedo es que esa violencia espectacular de la que hablaba se torne en una más sistémica. Esto es, en algo que simplemente se vuelva parte de la vida cotidiana de los ciudadanos, dice Robert. Hay otra clase de violencia –subraya–, que es aquella que ejercen los estados en diversas coyunturas para sostener, en algunos casos, proyectos o programas.

–¿Confía en que esta movilización pueda motivar un cambio en la estrategia y en la situación que prevalece en el país?

–Es como pedirme una predicción, pero creo que sí hay esperanza de que con movilizaciones como ésta se rompa el ciclo de violencia. No sólo por la manifestación, sino lo que implica de capacidad de solidaridad. Javier convocó a esta marcha porque perdió a su hijo, pero su dolor se volvió clamor cívico.