Madrid, 6 de mayo. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló a través del vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que el gobierno acata y respeta el fallo del Tribunal Constitucional (TC), que ayer decidió anular la decisión del Tribunal Supremo de prohibir las listas electorales de la coalición vasca Bildu.

Desde los sectores más conservadores de la política, los medios de comunicación y las asociaciones de víctimas del terrorismo se intensificaron las críticas al fallo de los jueces y se anunciaron movilizaciones contra las aspiraciones electorales de la formación de la izquierda separatista vasca.

Bildu, una coalición integrada por dos partidos –Eusko Alkartasuna y Alternatiba– y ciudadanos independientes próximos a la izquierda abertzale, continúa marcando la agenda política del Estado español. En el comienzo de las campañas electorales de cara a los comicios municipales y autonómicos en casi todo el territorio el principal asunto de confrontación fue la decisión del TC, que emitió un fallo histórico por seis votos a favor y cinco en contra.

Al margen de las palabras de acatamiento de Pérez Rubalcaba, el gobierno emitió un comunicado desde el Ministerio de Justicia en el fijó su posición sobre el asunto: En el estado de derecho a cada poder del Estado corresponden concretos cometidos y el gobierno ha cumplido con los suyos. Las decisiones del máximo intérprete de la Constitución, que tiene la última palabra en esta materia, deben ser cumplidas por todos los ciudadanos y poderes públicos.

El vicepresidente matizó que lo fundamental es que los demócratas respeten las reglas. Estamos ante el principio del fin de ETA porque hemos sabido aplicar el estado de derecho y así seguiremos nuestro trabajo y acabaremos derrotando a ETA.

Desde el País Vasco, los voceros de Bildu agradecieron las muestras de apoyo y expresaron también su preocupación ante la espiral que ha tomado el asunto. Una vez más, una campaña electoral vasca ha estado en manos de una instancia ajena a Euskal Herria y su ciudadanía. Una vez más la política se ha judicializado, intentando dejar la decisión soberana de este pueblo en manos del Estado español, señaló Bakartxo Ruiz.

El presidente del gobierno vasco, el socialista Patxi López, también expresó su respeto por la sentencia, como una muestra de la expresión nítida del buen funcionamiento de nuestro estado de derecho, e instó a los integrantes de Bildu a que “ahora tienen, una vez más, una magnífica oportunidad para reclamar al mundo de la izquierda abertzale compromisos más nítidos y contundentes con el sistema democrático, con el pluralismo de la sociedad vasca y su voluntad de acabar con la violencia”.

Pero las descalificaciones más serias contra la sentencia del TC vinieron del conservador Partido Popular y de asociaciones de víctimas del terrorismo, que anunciaron movilizaciones el próximo 14 de mayo contra la presencia de Bildu en los comicios y calificaron el fallo como una mala noticia para la lucha contra ETA.

El vocero del Partido Popular, Esteban González Pons, atacó directamente a los magistrados del órgano judicial, a quienes les espetó que desde Madrid, con escolta y buen sueldo es muy fácil decir que Batasuna se presente y quedar de demócrata mundial.

El derechista fue más allá y dijo que el TC se comportó como un órgano político porque adoptó una decisión política a favor de la política de Batasuna y en contra de la política de los demócratas. Y eso es algo incomprensible.