Misurata, 4 de mayo. El gobierno de Libia propuso prolongar uno o dos días el ultimátum que expiraba hoy dado a los rebeldes de Misurata para rendirse después de que unos 400 insurrectos entregaron las armas en los últimos tres días, lo que es una señal positiva, declaró a los medios el vicecanciller Jaled Kaim. Sin embargo, los alzados reiteraron su rechazo.

Tras una noche de calma, los combates prosiguieron en el oeste y el suroeste de Misurata, a varios kilómetros del centro de la ciudad, y al menos cinco personas fallecieron durante la ofensiva de las fuerzas leales, que mantienen el asedio sobre la urbe y el puerto desde hace dos meses.

Estados Unidos exhortó al líder libio Muammar Kadafi al cese de las hostilidades en ese puerto y permitir la entrega de asistencia internacional y la salida de civiles, dijo el Departamento de Estado.

No obstante, un barco fletado por la Organización Internacional para la Migraciones atracó en el puerto de Misurata con autorización de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que apoya a los insurrectos.

El buque Red Star descargó 180 toneladas en ayuda humanitaria y salió del puerto con unos mil inmigrantes africanos y asiáticos y unos 40 libios heridos.

En tanto, la OTAN continuó con sus bombardeos aéreos sobre la capital Trípoli e insistió en que su objetivo no es matar a Kadafi, en cuya zona gubernamental se han concentrado los ataques después de haber provocado la muerte allí el sábado de uno de sus hijos y de tres nietos.

El canciller francés, Alain Juppé, justificó esas muertes como daño colateral y sostuvo que sus objetivos son militares y que espera que los bombardeos no duren más de algunas semanas.

Pero el director de la CIA, Leon Panetta, dijo a NBC News que la mejor información de inteligencia que tenemos es que él (Kadafi) todavía está vivo.

En La Haya se informó que la Corte Penal Internacional (CPI) podría pedir de manera inminente la emisión de una orden de detención del dirigente libio y uno de sus hijos por presuntos crímenes contra la humanidad, después de que el fiscal del organismo, Luis Moreno Ocampo, dijo a la prensa que prepara tres órdenes por la muerte de manifestantes en Libia.

Delegados de Rusia y Sudáfrica criticaron fuertemente en Nueva York los bombardeos de la OTAN para proteger civiles e imponer la zona de exclusión en Libia, y sugirieron que la CPI no debe limitar su investigación al gobierno de Kadafi.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidió en febrero a la CPI de La Haya investigar la violencia en Libia.

En Bengasi, el bastión de los rebeldes, se informó que el atentado con coche bomba en la noche del pasado martes sólo provocó dos heridos leves.