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La comitiva salió del Antiguo Ayuntamiento y pasó por Madero hasta Bellas Artes

El Centro Histórico enmarca pasarela de 400 quinceañeras de todo el país

Las jóvenes externaron su preocupación por la violencia que padecemos todos los días

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Cuatrocientas jóvenes de toda la República celebraron ayer sus quince años en el Auditorio NacionalFoto Carlos Cisneros
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Llegaron en cuatro turibuses y camiones de la RTPFoto Yazmín Ortega Cortés
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Foto Carlos Cisneros
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Foto Carlos Cisneros
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Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de mayo de 2011, p. 28

Mujeres aladas y una escolta de cadetes de la policía capitalina abrieron paso a las 400 quinceañeras que desfilaron del edificio colonial del Gobierno del Distrito Federal, por la calle de Madero, hacia el Palacio de Bellas Artes.

¡Quinceañeras! ¡Quinceañeras!, coreaban marchando enfundadas en sus vestidos de vivos colores, todas con sombrilla en mano.

Presidiendo la caminata iban Joselín González y Jéssica Edith Cortés, ambas en sillas de ruedas, empujadas por un par de chambelanes y les seguía el grupo representativo de las 31 entidades del país, en dos filas, con las gemelas Daniela y Diana a la cabeza como abanderadas del DF.

En Madero, mezclados con familiares de algunas de ellas, cientos de transeúntes se detuvieron a verlas pasar mientras ellas repartían saludos; mujeres y hombres hicieron valla mientras calificaban y descalificaban físico y atuendos y devolvían los saludos: ésa está bien bonita, señaló uno; “son las que salen en la tele”, afirmó una madre a su hija y no faltó un extrovertido que gritó: ¡quiero ser tu chambelán!, y el empleado de un establecimiento que salió a hacer propaganda ¡A cien la cubeta! Tomen cerveza.

Las quinceañeras se animaban echándose porras, aplaudiendo y variaban la consigna: Mujeres jóvenes, mujeres con derechos, coreaban. Del equipo del Instituto de la Juventud, alguien con altavoz dirigía: Chicas, a la tres, vuelta, y hacía la cuenta y con el tres daban un giro sin desandar el paso. Una, al volver de frente, casi choca con una jardinera y otras que iban muy juntas, al enredarse entre sí con el largo de sus vestidos, trastabillaron, pero lograron mantener el equilibrio.

El polvo adherido abajo del atuendo daba cuenta de un largo andar que inició desde las nueve de la mañana para una sesión de peinado y maquillaje, que se prolongó hasta por dos horas; luego, algunas, como las 22 de Coyoacán y las 49 de Iztapalapa, desayunaron con los titulares de su demarcación.

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Foto Carlos Cisneros
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Foto Yazmín Ortega Cortés
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Foto Yazmín Ortega Cortés

Del mediodía a las 15 horas algunos edificios del Centro Histórico se volvieron escaparate de las adolescentes en sesiones de fotografía por grupos, como el Palacio Virreinal, el Gran Hotel de la Ciudad de México, la Antigua Escuela de Medicina, El Museo Nacional de Arte, el Palacio Postal y la sede la Asamblea Legislativa, entre otras.

Después de su caminata por Madero, en cuatro turibuses y 13 camiones de RTP las llevaron a otra sesión de fotos, en la Plaza de la República, la Columna de la Independencia y el Auditorio Nacional, donde finalmente entraron pasadas las siete de la noche para bailar su vals.

Ahí las esperaba el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien desde la primera fila las vio bailar.

Al terminar el vals, Alejandra Orozco, del estado de Chihuahua, y Michel Juárez, del DF, pronunciaron un discurso en nombre de las quinceañeras ante un auditorio prácticamente lleno.

La primera de ellas externó su preocupación por la situación de violencia que estamos padeciendo todos los días y resaltó los programas que se realizan en la ciudad de México, particularmente el de Prepa sí que, afirmó, debería replicarse en todo el país.

Mientras que la segunda dijo que como mujeres su mayor anhelo es hacer algo en la vida, ir a la universidad, y el derecho a vivir sin violencia, no queremos novios agresivos.

Clamó: ya basta de sangre en México, y señaló que a los jóvenes no se les debe ver como un problema, sino como parte de la solución, donde la violencia no forme parte de nuestras vidas.

Juárez conmovió a los asistentes cuando agradeció a las autoridades capitalinas, a sus familiares y, en particular, a las madres que son jefas de familia y sacan adelante a sus hijos, porque en ese momento se le cortó la voz y tuvo que interrumpir su mensaje.

Es el tiempo, sentenció, “de hacer cumplir nuestros derechos: no nos late ser ninis”.