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Escribir es la única manera de sustraerme al tiempo y situarme en el presente, dice

Rinden homenaje a Luis Zapata; el autor de El vampiro de la colonia Roma cumple 60 años
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de abril de 2011, p. 6

Hoy cumplo 60 años. Nunca pensé que llegaría a estas edades. Ya sé que esto que digo es un lugar común, pero es difícil sustraerse al encanto de los lugares comunes, que a veces tienen el paradójico atractivo de la originalidad: por lo menos yo nunca había dicho esa frase. Hoy cumplo 60 años.

Fueron las primeras palabras del escritor Luis Zapata, autor de la reconocida novela El vampiro de la colonia roma (1979), a quien este miércoles se le rindió un homenaje en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por su trayectoria literaria y por sus seis décadas de vida.

Tras el reconocimiento que le hicieron las investigadoras, amigas y colegas, Angelina Martín del Campo, Mariana Fe, Tatiana Sule, Rosina Conde y Yolanda Ledesma, Luis Zapata habló de lo veloz que pasa el tiempo a partir de cierta edad.

Quizá se nos va rápidamente el tiempo porque no dejamos de pensar en el futuro, ya sea porque esperemos algún acontecimiento agradable o bien porque tratemos de prever y de alejar una situación desventurada, dijo.

Pensar en el pasado, abundó, nos roba la experiencia del presente: tanto el recuerdo como la profecía acortan la duración del presente. “Y la única manera de sustraerme al tiempo y situarme en el presente –expresó Zapata– es la escritura. Para algunos será la plegaria o la meditación o la actividad física el medio de convocar al presente, el llamado tiempo de la eternidad.

He vivido ya muchos años, demasiados si pienso en las expectativas de vida de otras épocas. No siento que los años, los ya muchos años, me hayan vuelto mejor ni más sabio ni más cauto ni más experimentado: las cosas y las personas siguen sorprendiéndome, para bien o para mal.

Mi amiga Magdalena Cuillery, contó Zapata, decía que un síntoma de envejecimiento era tener la impresión de que todo el mundo le veía a uno la cara. “Yo no he tenido con frecuencia esa impresión, aunque tal vez sí me la han visto.

Durante todos estos años he podido escribir algunos libros. Siempre me ha divertido escribir, y quizá no sólo eso: la escritura ha representado muchas veces mi manera de entender la vida, o de no entenderla y de angustiarme menos por mi confusión. Si tuviera que escoger entre vivir y escribir, elegiría por supuesto escribir, aunque en ocasiones he creído lo contrario.

Luis Zapata expresó no haber acumulado riquezas. No tengo ahorros, ni sé que significa una tarjeta de crédito o un seguro. Jung tenía razón cuando afirmaba que muchas cosas de las que tenemos ahora incomodarían a nuestros antepasados. Aunque bueno, sí conozco el placer de la acumulación y tengo riquezas, pero sólo en un sentido: ahora tengo más, muchos más, cada vez más amigos.

En el acto, antes de que los asistentes le cantarán Las Mañanitas por sus 60 años y le entregaran regalos, Mariana Fe recordó la influencia del cine en la narrativa de Zapata; Angelina Martín del Campo evocó algunas anécdotas literarias, como un texto apócrifo escrito como una broma titulado El libro del caballero Gauvain.

Rosina Conde hizo un amplio análisis de la narrativa y la protagonista de El vampiro de la colonia Roma, mientras Yolanda Ledesma hizo lo propio pero con la novela En jirones, al distinguir seis características que permean la obra de Luis Zapata. En ellas, concluyó, se encuentra: Códigos culturales de amplio registro. Observaciones de índole moral. Frases de gran intensidad verbal, como el lirismo del sexo o el paso de lo lírico a lo prosaico. Descripciones minuciosas de actos eróticos regodeándose con el lenguaje. Variaciones estilísticas sobre el mismo tema y un humor corrosivo.