Inmerso en la felicidad que da la fama, todo brilla para Ricardo Montaner, quien con su nuevo disco a cuestas, titulado Soy feliz, quiere cooperar, dijo ayer en conferencia de prensa, para que su público valore la familia, el amor a los hijos, la grandeza de las cosas pequeñas y cotidianas.

Procedente de Miami, llegó para hablar del que considera un cedé de transición, pues el bueno y con canciones inéditas lo dará a conocer en agosto próximo.

Se le observa que la realidad no es agradable para millones en los países de Latinoamérica.

En este minuto veo a América Latina como un solo país, con problemas diversos. México, Venezuela, toda Centroamérica, etcétera, no escapan de los líos. Aquí hay violencia, pero también la hay en mi país (Venezuela) todos los días, y eso se repite en Colombia y en Argentina. La violencia es un mal del cual todos estamos como contagiados. La violencia parece un virus.

Su nuevo trabajo musical lo integran 11 temas, la mayoría bailables, cuatro baladas y la pieza que da título al disco; es decir, Soy feliz, que define su actual estado de ánimo. Vendedor de más de 25 millones de discos, ahora incluye éxitos como Volver, Cachita, Las cosas son como son, Para un poco y la emblemática Yo vengo a ofrecer mi corazón, a la que imprime su sello.

Nada de ingenuidad

El tema de la felicidad, dijo, lo entiende como una armonía en la que están inmersos todos los seres humanos, pero que no valoran de manera cotidiana lo que se tiene a la mano, como la tranquilidad de estar en casa. Es decir, esos detalles comunes que cuando se pierden se extrañan y realmente adquieren su peso para cada quien.

No obstante, su postura sobre la felicidad no es ingenua y hasta acepta que filosofa.

Añadió: “A México lo veo igual que al resto del continente, con maravillas y con violencia. Venezuela, que es el país de donde soy, nación hermosa y con miles de razones para ser feliz, también tiene muchas razones para estar triste. De eso no nos escapamos. Colombia, también hermoso, el cual recorres y te quedas loco de las maravillas, como su gente, que es amorosa, también está tocado desde hace muchísimos años por la violencia.

Yo creo que al final todos estaremos bien. Vivimos un momento de transición muy duro en todos los países de nuestro continente, y estoy seguro de que esa guerra que mantenemos a diario algún día la vamos a ganar. Aquí, en Caracas, en Bogotá, en Perú, en Ecuador, en Bolivia, en todos lados... en Argentina, donde muere gente a diario también.

Precisó que el disco Soy feliz era un canto necesario, porque hay muchas maneras de protestar, algunas de muy mal humor y otras con una sonrisa, recordándole a la gente que hay suficientes motivos para ser feliz. Yo creo que si las personas llegan a analizar la letra de esta canción se van a dar cuenta de que con muy pocos ejemplos, como los que puse en el tema, los pueden transportar a su vida.

Por el momento no tiene planeado presentarse a corto plazo en México.

Pidió a la gente no perder la sensibilidad sobre el dolor ajeno. “Es tan común, en América Latina, hablar de pobreza, muerte... que nadie se asombra. Estamos perdiendo esa capacidad de asombro, que teníamos antes cuando algo así sucedía o nos tocaba de cerca. Este disco, Soy feliz, es una especie de grito de optimismo. La gente está muy cansada de escuchar cosas tristes.”