Opinión
Ver día anteriorDomingo 27 de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Desde otras ciudades

Ahoga deuda a Madrid

Foto
La Puerta de Alcalá, símbolo de MadridFoto Tomada de Internet
M

adrid tiene, con diferencia, las peores cuentas públicas de todos los ayuntamientos de España. El alcalde, un político conservador que defiende la liberalización al máximo de la economía, Alberto Ruiz-Gallardón, ha situado la deuda pública de la capital en cotas históricas –más de 8 mil millones de euros–, lo que provoca que cada año empeoren sus cuentas públicas. Recientemente se revelaron los datos del ejercicio 2010 y, de nuevo, se constata la crisis latente que vive la ciudad en sus finanzas públicas.

Según las cifras oficiales, el año pasado las arcas públicas de la ciudad tuvieron un déficit de 750 millones de euros, lo que representa más de medio punto de su producto interno bruto, que es de unos 129 mil millones de euros. El presupuesto municipal tuvo en solitario un resultado negativo de 362 millones, también un nuevo récord en las maltrechas finanzas públicas de la ciudad.

El origen de esta situación está en el empeño del regidor en financiar la mayoría de sus obras públicas de gran tamaño con créditos bancarios, que cada vez cercenan más la capacidad de respuesta de la administración local. Hasta el punto que en el marco del plan de austeridad adoptado por el gobierno central, del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se ha tenido que prohibir de manera expresa a la capital aumentar su deuda o firmar nuevos créditos. Pero el alcalde, lejos de rectificar su propensión a grandes obras faraónicas y al endeudamiento masiva, acusa al gobierno central de ser el responsable de la situación de las finanzas de la capital por impedirle refinanciar su deuda y firmar nuevos convenios (créditos) para seguir creando obra pública. Pero la situación ha llegado a un punto tan alarmante que incluso la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, compañera de partido del alcalde, ya le llamó la atención un par de veces para que corrija las cuentas públicas de una ciudad empeñada en créditos para varias generaciones.

Armando G. Tejeda, corresponsal