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Busquemos un marco en el que quien resulte vencedor de las elecciones tenga el apoyo de todos

Al conjuro de Juárez, Calderón aboga por una reforma política y electoral

El titular del Ejecutivo federal apremia a que sean designados los consejeros del IFE faltantes

 
Periódico La Jornada
Martes 22 de marzo de 2011, p. 9

La conmemoración de Benito Juárez, en el 205 aniversario de su natalicio, fue el escenario para que los poderes Ejecutivo y Legislativo reconocieran, una vez más, la necesidad de una reforma política y electoral. En esa lógica, el presidente Felipe Calderón exhortó al Congreso de la Unión a alcanzar los cambios legales que no sólo regulen el acceso, sino también el ejercicio del poder, e hizo votos porque los legisladores alcancen el consenso para designar a los tres consejeros que debieron incorporarse al Instituto Federal Electoral (IFE) desde noviembre pasado.

Inédita ceremonia en la sede del IFE a la que acudieron, por primera vez, los representantes de los tres poderes y en la que Calderón dio su respaldo al organismo: A nadie conviene que se debilite su actuación. Fortalecer al IFE es fortalecer la democracia a través de su institución clave. Y para cumplir con su tarea primordial en la organización de comicios, el árbitro electoral requiere de operar de manera óptima; eso implica, entre otras cosas, contar con un consejo general debidamente integrado y fortalecido.

Sólo la ley puede proveer legitimidad

Era la respuesta que dio a la petición que previamente había hecho el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, a los representantes de los poderes presentes para completar la integración del consejo, a quienes también pidió una reforma elemental que modifique, al menos, los términos del cómputo de votos para las elecciones de 2012, como un cambio básico para ese proceso.

Calderón retomó también el tema de la reforma electoral, igualmente mencionada por los presidentes del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín. Propongámonos contar con un marco legal electoral que sea aceptado por todos, que sea de conformidad de todos los participantes y que, transcurrido el proceso electoral, quien resulte vencedor tenga a la vez el apoyo de todos los ciudadanos, merced a la legitimidad que sólo la ley puede proveer.

El discurso presidencial reivindicando al IFE y apremiando a aprobar la reforma electoral y la designación de consejeros, siguió a la intervención de Beltrones, quien había instado a aprobar una reforma política que incentive el consenso y no la ruptura en el ejercicio del poder. El senador priísta subrayó que lamentablemente la insatisfacción con la democracia es creciente y preocupante, razón por la cual debemos asegurar que después de la alternancia democrática corresponde modernizar el régimen.

Beltrones Rivera subrayó la prioridad que tiene la modernización del régimen presidencial mexicano, superando el reto de garantizar la limpieza y la certeza de las elecciones, o sea el acceso al poder; ahora veamos las mejores instituciones para asegurarnos del ejercicio eficaz del poder y recuperar la confianza de la sociedad.

Sostuvo que en la actualidad no hay discusión sobre la ruta democrática para acceder al poder, pero se mantiene como tarea pendiente la conformación de nuevas instituciones que propicien una nueva gobernabilidad democrática y resultados tangibles para el bienestar de la sociedad. Por ello, dijo estar abierto a discutir la ratificación del gabinete, la relección de legisladores, la reconducción del presupuesto, las candidaturas ciudadanas, el referendo y el plebiscito: acordémoslo, pactémoslo.

Poco después, el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI) –quien dijo que Juárez no era difícil de ubicar dentro del santoral político mexicano–, retomó igualmente el tema electoral sobre la base de que en la confrontación, en la idea de triunfar aniquilando al contrario, no se avanza en la resolución de los problemas del país.

El diputado consideró imprescindible recuperar la confianza política y la capacidad para alcanzar los acuerdos. Llegar a las elecciones sin la certeza de equilibrios, arbitrajes, conductas imparciales, será la amenaza más grave a que podamos enfrentarnos, al ponerse en riesgo la renovación institucional.

Ramírez Marín dijo que hay urgencia por recuperar la confianza ciudadana e ir más allá de intereses partidistas, abandonando las posiciones maniqueas y reduccionistas para alcanzar un acuerdo que concilie todas las visiones para alcanzar las reformas legales e institucionales que requiere México.

Al conjuro de Juárez, ayer todos proclamaron otra vez su convicción de alcanzar acuerdos para una reforma política y electoral que favorezca al país para enfrentar los problemas y para la cual sólo tienen hasta el mes de junio para aprobarla, de acuerdo con la ley.

A decir del presidente Calderón –quien llegó al IFE enmedio de los acordes del pasodoble El gato montés, interpretado por la banda de la Secretaría de Marina–, el país está frente a la última oportunidad en mucho tiempo para darnos reformas políticas que modifiquen, como ha dicho el senador Beltrones, no sólo del acceso, sino también del ejercicio del poder, de todos los poderes.

En su turno, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Leonardo Valdés Zurita, había insistido en su reclamo de que se conforme una reforma electoral básica y se designe a los consejeros faltantes, si bien dijo que el instituto, en el supuesto de que no se alcanzaran los consensos necesarios, garantizaba el proceso electoral para renovar los poderes.

Subrayó que la participación ciudadana en la organización de los comicios se ha convertido en un movimiento social intermitente que ratifica, pese a las amenazas al pacto social, su vocación pacifista en las urnas y de apego a la legalidad.