Papantla, Ver. 19 de marzo. Antes de su concierto en la Cumbre Tajín, Miguel Bosé habló con el Consejo Supremo Totonaca, recibió las bendiciones de los abuelos que lo ungieron con una veladora para darle sanación. Después de esto, el cantante dijo: “Es una experiencia única, la energía y la vibra que sentí ahí es brutal, es inexplicable.

“Hablé con Juan Simbrón, fue impresionante. Tienen una fuerza, una luz... es una experiencia privilegiadísima. La expresión, la energía, la vibra que hay es inenarrable, milenaria. Hay que respetarlos porque ellos estuvieron aquí antes que nosotros.”

En otro momento de la conferencia de prensa, Bosé habló sobre la realización del concierto Paz sin fronteras, en Ciudad Juárez, el cual ha organizado, con Juanes, en Colombia y Cuba. Dijo: No sé de dónde salió esa información, pero no es cierta. Juárez fue una de las ciudades consideradas para hacer un concierto. Lo que me sorprende es que nadie aquí en México se haya movilizado para hacer algo y protestar por la situación antes, pues fueron muchas las voces que pensaron que debíamos estar en Ciudad Juárez, pero en ningún momento dijimos que ahí continuaríamos. No sé por qué se tiene la imagen de que podemos solucionar cualquier conflicto; nosotros no solucionamos conflictos.

Agregó: Simplemente vamos a determinados sitios a subrayar lo que pasa. Este problema existe desde hace mucho tiempo y lo que nos preguntábamos muchos es por qué no hay un movimiento con artistas de México; es decir, que hayan empezado por hacer algo antes de que se hubiese vuelto un problema universal.

La música, sólo un apoyo

Bosé, el primer cantante que agota las localidades de Cumbre Tajín, añade: Lo de las asesinadas en Ciudad Juárez, ¿cuántos años lleva? No se sabe. Creo que desde antes se tenía que haber pensado en hacer un movimiento y no esperar a Paz sin fronteras, que nada salva y nada arregla, sólo es un apoyo más, como puede ser cualquier otro.

Además, el cantante hizo un llamado: Pido que paren los rumores de que vamos a ir, sobre todo porque no es bueno que la gente de allá alimente expectativas y espere a que lleguen apoyos, los cuales deberían venir de otros lados.

Bosé hizo un agujero en el tiempo y recordó el segundo concierto de Paz sin fronteras en 2009, en La Habana: Fue una experiencia brutal, bestial y muy dura, pero conseguimos hacer este concierto para la gente de ahí, contra viento y marea y sin decaer en ningún momento; al pie del cañon, pues de eso se trataba.

Por el contrario, dijo que si lo invitaran a Juárez Competitiva –donde actuará Paul McCartney, en octubre próximo–, si mi agenda me lo permite aceptaría absolutamente encantado; no lo descartaría.

En el recorrido por el parque temático Takilhsukut, donde se desarrolla Cumbre Tajín, el Consejo Supremo Totonaco solicitó a Bosé ser la voz de ellos en el mundo, a lo que el cantante se comprometió. También se le invitó a tomar un temazcal de hierbas aromáticas, pero no aceptó, pues soy un poco claustrofóbico y me daría un agobio horrible.

En cambio, aceptó que los médicos tradicionales y chamanes que se reúnen en el Encuentro de Medicina Tradicional le hicieran una limpia.

Acerca de si después de esta experiencia contribuiría de alguna forma al pueblo del Totonacapan, el cantante dijo: Como saben, participo en el programa Aldeas Musicales, para que niños indígenas estudien y adquieran algún oficio. Hay más de 30 en Latinoamérica. Se planea abrir más en los próximos 10 años. Hace dos abrimos la primera aldea en Oaxaca y el año pasado fue en Chiapas. El apoyo hacia ellos es absoluto; incluso le decía a Juan Simbrón que para mí las comunidades indígenas son la verdadera identidad del país, pues si se pierden se acaba con la raíz y la verdad, por eso hay que protegerlas; ellos llegaron aquí antes que nosotros.

Después de una prueba de sonido para su concierto del sábado, dijo: Hay que respetar la identidad, venerarla y dar gracias por habernos aguantado durante tanto tiempo y todo lo que hacemos. Entre todas las culturas de este país, la totonaca es exquisita; ha logrado pasar y mantenerse sin ser rota, rasgada y atacada de alguna manera. Es una postura sabia.