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Revuelta en Magreb y Medio Oriente
Fuerzas de Kadafi arrebatan a rebeldes ciudades del este

¿Por que Occidente no nos ayuda?, claman opositores; demandan imponer una zona de exclusión aérea

Fuego de artillería y bombardeos arrasan el estratégico puerto petrolero de Ras Lanuf

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Combatientes rebeldes en Ras LanufFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 10 de marzo de 2011, p. 25

Ras Lanuf, 9 de marzo. Mientras las fuerzas del coronel Muammar Kadafi perpetraban violentos ataques en poblaciones tomadas por los rebeldes este miércoles, la pregunta de muchos libios era simple: ¿por qué Occidente no ofrece ayuda en este momento crítico de necesidad?

Dos de las principales ciudades bajo control de disidentes sufrieron un ataque sostenido y una de sus instalaciones petroleras resultó incendiada durante un fiero combate que dejó un saldo de decenas de muertos, mientras las fuerzas de Kadafi ocupaban las posiciones arrebatadas a los opositores.

El sentimiento en las filas rebeldes era que el desorganizado y desunido liderazgo militar del movimiento de protesta no sería capaz de soportar por mucho tiempo la presión aplicada por las fuerzas leales a Kadafi.

El liderazgo opositor con base en Bengasi ha pedido que se le imponga al régimen una zona de exclusión de ataques aéreos. El ex ministro de Justicia, Abdel Jalil, uno de los principales miembros de la disidencia, sobre cuya cabeza ya pesa un precio impuesto por las autoridades leales, dijo que Occidente debe ayudar a proteger al pueblo de Libia de los embates de Kadafi y ayudar a poner fin a esta guerra.

Pero funcionarios británicos y estadunidenses pasaban dificultades para minimizar cualquier esperanza de implementar una zona de exclusión aérea durante una reunión de ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que se celebró en Bruselas. Quiero enfatizar que esta es una reunión de planeación, no una decisión de actuar, pero para que existan los preparativos necesarios, en caso de decidirnos por la acción, podemos proceder de inmediato, afirmó Ivo Daalder, embajador estadunidense ante la OTAN. Los gobiernos británico y francés han dicho que se está redactando una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para prohibir cualquier vuelo militar sobre Libia, pero es improbable que Rusia y China den su voto a favor, pues ya han dado a conocer su oposición a la medida.

La esperanza de los libios de que cuatro décadas de dictadura terminarían se transformó en el temor al regreso de un régimen que se consolidó aplastando a sus opositores, con fuego de metralla y amenazas de venganza. El estratégico puerto petrolero de Ras Lanuf, en el este del país, fue arrasado este miércoles con fuego de artillería y bombardeos aéreos. Zawiya, localidad del oeste que se ha convertido en símbolo de la resistencia fue recapturada en su mayor parte, según fuentes del régimen.

Un médico en dicha ciudad afirmó que contó unos 50 muertos en combate durante las últimas horas de la tarde. Un capitán del ejército libio declaró: La seguridad está en un nivel de 95 por ciento. Hay algunas ratas tiradas en los callejones, ocultándose en departamentos. Capturamos a un grupo después de otro.

Ambos bandos se culparon por incendiar un gasoducto y tanques de almacenamiento en el puerto de Sidra, en las afueras de Ras Lanuf, la segunda instalación petrolera más importante del país. Una bola de fuego se alzó en el cielo justo después de que un avión de combate sobrevoló el lugar. Sin embargo, antes hubo estallidos de granadas, lanzacohetes y fuego de morteros en la misma zona.

Los Shabaab, combatientes rebeldes, intentaron avanzar hacia Bin Jawad y en un momento dado afirmaron haber tomado las afueras de la ciudad, pero fueron repelidos y perdieron a varios elementos de sus filas. Esta noche las tropas del régimen avanzaban hacia Ras Lanuf con numerosos tanques y camiones de transporte de soldados.

Cuatro hombres fueron asesinados y otros 18 resultaron heridos durante el bombardeo sobre Ras Lanuf; la localidad, de la cual huyó la mayor parte de la población, se preparaba para la llegada del enemigo. Más de 400 personas han sido asesinadas en el este del país desde que comenzaron los disturbios el 17 de febrero, aseguró el doctor Gebril Hewadi, del Centro Médico de Bengasi, quien agregó que aún hay muchos cadáveres sepultados bajo los escombros dejados por los bombardeos.

Necesitamos ayuda urgentemente o estamos perdidos, declaró Yunus Astarsi, doctor del hospital general en la vecina ciudad de Ajdabiya. Necesitamos medicinas, víveres y que las potencias internacionales detengan los bombardeos para no tener que enfrentarnos a esto todos los días, agregó, mientras señalaba las camas repletas de heridos recién llegados.

Pedir la ayuda de Occidente no fue la primera opción del movimiento de protesta. Días después de la insurrección se colocaron carteles en todas la ciudades liberadas en los cuales se leía: No a la intervención extranjera. Los libios podemos hacerlo solos.

La desoladora situación en el terreno hizo cambiar la postura de los miembros del gobierno provisional en Bengasi, quienes solicitaron, primero, la imposición de una zona de exclusión aérea y luego ataques aéreos contra el régimen.

Sin embargo, existe un sentir tanto en el público como en líderes de la resistencia de que debe haber un límite en el alcance de la protección occidental. No podemos tener tropas extranjeras en nuestro territorio, no queremos ser otro Irak, dijo Abnu Bakr Ibadullah, un ingeniero de 44 años de Ras Lanuf, mientras se escuchaba a un kilómetro el fuego de artillería.

Él, su esposa y sus tres hijos buscarán un refugio seguro con su hermano, en la localidad de Tobruk. No somos soldados, somos gente ordinaria que se defiende, añadió. Kadafi usa aviones para bombardearnos. Si Estados Unidos puede detener a esos aviones, tendríamos una oportunidad.

Pero la revolución podría necesitar más que una zona de exclusión de vuelos para sobrevivir. Con muchas menos armas que las fuerzas del régimen, los rebeldes están cada vez más enfrentados unos con otros a medida en que ven cómo se revierte su éxito inicial. Mehdi Ibrahimi, un voluntario Shabaab, de 22 años, habló con amargura de la falta de entusiasmo entre los miembros del ejército libio que cambiaron de bando para unirse a las fuerzas revolucionarias.

Un intento de tomar Bin Jawad fracasó y muchos combatientes rebeldes resultaron muertos o heridos. Los Shabaab que fueron tomaron prisioneros fueron tomados más tarde en la televisión estatal libia, con las manos atadas a la espalda. Un oficial militar libio estaba frente a ellos y declaró ante la cámara: Este es un mensaje. Los matamos en Bin Jawad, los mataremos en Ras Lanuf y los mataremos donde quiera que estén en Libia.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca