Sociedad y Justicia
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Siete países de la UE prohibieron el maíz transgénico de Monsanto

Fijan gobiernos medidas de protección contra trasnacionales de biotecnología
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de febrero de 2011, p. 45

Los gobiernos de los países donde ya se autorizaron y se cultivan organismos genéticamente modificados (OGM) han comenzado a establecer medidas de protección a los productores y los consumidores para atacar el dominio de las empresas de biotecnología, señala un análisis de Amigos de la Tierra Internacional.

Esos gobiernos, indica la investigación, están siendo obligados a proteger a los productores y ciudadanos de los OGM para combatir el dominio de las empresas de biotecnología sobre los agricultores, y los temores por la salud a raíz del uso creciente de plaguicidas.

Destaca que el gobierno de Brasil lanzó un programa libre de soya transgénica para ayudar a los agricultores a acceder a semillas no transgénicas.

En Argentina, nuevas investigaciones denunciaron que el herbicida glifosato, utilizado en la mayoría de los OGM plantados en todo el planeta, podría tener graves impactos en la salud humana, lo cual ha provocado que se prohíban las fumigaciones con el herbicida cerca de las zonas residenciales.

Mientras, en Uruguay, determinadas áreas locales se están declarando libres de transgénicos. Los agricultores y ciudadanos de América del Sur están soportando la carga de 10 años de cultivos genéticamente modificados que han causado grandes desastres en la salud y un aumento generalizado de los costos. Los mitos que construyó la industria de biotecnología se están derrumbando, señaló Margín Drago, responsable del área Soberanía Alimentaria de esta organización.

Agregó que los estragos causados en América del Sur demuestran que esta tecnología no es compatible con la agricultura sustentable. Es una llamada de alerta para que el resto del mundo avance hacia métodos ecológicos de agricultura. La resistencia generalizada a los OGM en el mundo en desarrollo y Europa ha llevado a que solamente sean plantados a gran escala en unos pocos países y que más de 97 por ciento de la tierra agrícola mundial esté libre de transgénicos, indica el estudio.

Una nueva generación de cultivos transgénicos diseñada para promover el uso de plaguicidas Dicamba y 2,4 D, serán liberadas en Estados Unidos. Las empresas de OGM promueven ésta como una solución ante el hecho de que los cultivos transgénicos existentes no logran controlar las malas hierbas ni disminuir el uso de plaguicidas, advierte el informe, y agrega: ¿quién se beneficia de los cultivos transgénicos? Una industria construida con base en mitos.

Además, asevera, las empresas de biotecnología, con ayuda del gobierno de Estados Unidos, “están en busca de nuevos mercados en África en un intento de rescatar las ganancias.

La fundación Gates, que financia proyectos agrícolas en África con miles de millones de dólares, compró acciones de Monsanto, lo cual le da un interés directo en maximizar las ganancias de ésta por encima de la protección de los pequeños propietarios en África.

Detalla que en Europa menos de 0.06 por ciento de los campos agrícolas están plantados con cultivos transgénicos.

Siete países de la Unión Europea prohibieron el maíz transgénico de Monsanto debido a evidencias de sus impactos negativos en el medio ambiente; otros tres prohibieron la papa GM, de BASF, debido a preocupaciones de salud inmediatamente después de su autorización en 2010, y por primera vez cinco estados miembros demandaron a la Comisión Europea por la autorización de un cultivo transgénico, concluye el informe.