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Wikileaks: diplomáticos e interlocutores en riesgo
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ikileaks es una organización mediática internacional sin ánimo de lucro, gestionada por Sunshine Press Productions, que publica en su sitio web informaciones anónimas y filtraciones sensibles, debidamente validadas, sobre todo de carácter gubernamental, aunque también hay de temas bancarios, corporativos y religiosos, en las que se exhibe la manera en que se conducen personajes y acuerdos relevantes. Su base de datos alberga más de un millón de documentos; en 2010 protagonizó filtraciones masivas de datos delicados que tuvieron repercusión global: 77 mil cables sobre la guerra de Afganistán y 400 mil más sobre Irak, mediante los cuales se ha convertido en un medio de información incómodo para los gobiernos, los poderes públicos y algunas empresas trasnacionales correlacionadas. Wikileaks es financiado con donaciones anónimas recibidas a través del sitio web y de contactos personales del fundador, el australiano Julian Assange, y su presupuesto se estima en 712 mil euros anuales. Para cerrar las filtraciones del año pasado, Wikileaks transmitió un cuarto de millón de cables secretos de embajadas estadunidenses en todo el mundo.

Para la difusión de los cables, Assange estableció una alianza estratégica con cinco diarios de Europa y Estados Unidos, con el propósito de que el material disponible contara con impacto mediático. Posteriormente, Assange tomó la decisión de otorgar archivos de países específicos a medios locales selectos, a efecto de que se difundieran. Así, se entregó al diario La Jornada la información relativa a México, destacándose como ejes rectores: el proceso electoral 2006, el narcotráfico, el terrorismo, la economía, la seguridad y la migración.

El sistema Wikileaks fue el destinatario de una parte de la información sensible que generó el personal diplomático estadunidense utilizando el sistema del Departamento de Defensa denominado Secret Internet Protocol Router Network (Siprnet), al cual tendrían acceso 2.5 millones de funcionarios de Estados Unidos. Las filtraciones tienen gran trascendencia, debido a que revelan detalles de campañas bélicas y conflictos diplomáticos en curso, así como evidencias prácticas de las embajadas y el Departamento de Estado que hasta ahora permanecían bajo secreto. Esta información, hasta el momento, no ha sido desmentida por ninguna instancia estadunidense, y al respecto, el vocero del Pentágono, Geoff Morrell, señaló que descartaron emplear a las fuerzas del Cibercomando contra Wikileaks, debido a que la revelación de los documentos no impactaría negativamente a Estados Unidos a largo plazo, y adicionalmente declaró en una entrevista para el canal Fox News, el primero de diciembre de 2010: El mundo no se relaciona con nosotros, porque les gustamos o porque nos tienen confianza. Pactan con nosotros porque no les queda más remedio. Somos el último, el único, poder indispensable que queda.

Como aportación principal, Wikileaks evidencia el fin de la diplomacia clásica, ya que demuestra que los sistemas de información e inteligencia pueden ser vulnerados. La información difundida difícilmente cambiará la política exterior del gobierno de Estados Unidos; no obstante, generó una crisis de confianza entre su propio personal diplomático y su interrelación con aquellos con quienes interactuaron y que les aportaron, en estricta confianza, información que suponían solamente sería procesada por altos funcionarios estadunidenses que requieren tener un conocimiento preciso del acontecer de cada país, a efecto de generar políticas adecuadas para resolver la problemática existente bajo los intereses de Washington. Al divulgarse estos cables, se produjo un sentimiento de desconfianza hacia el sistema y los mecanismos de generación de información para la toma de decisiones estratégicas y, en consecuencia, al menos en el corto plazo, todos los interlocutores con quienes se obtenía información por parte de la diplomacia estadunidense se mostrarán reacios al saber que pueden ser objeto de venganzas o ajustes de cuentas, de todos aquellos que son exhibidos en sus actividades ilícitas. Con esto, la política exterior estadunidense evidenció sus prácticas, mecanismos, fuentes, preocupaciones, temores, riesgos, amenazas, informaciones, análisis, planes, estrategias, en una palabra, fortalezas y debilidades; facilitando así el conocimiento y, en su caso, la comprensión, por parte de la sociedad respecto de la prospectiva y teoría de escenarios que se generan a partir de la propia actividad diplomática.

*Analista en temas de seguridad y justicia

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks