Al encabezar el 75 aniversario de la creación del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el presidente Felipe Calderón sostuvo que esta institución ha sido “un actor estratégico en la construcción del México moderno (…) y ha sido ejemplo de educación pública, popular y de calidad”. En este contexto aseguró que su gobierno tiene un compromiso irrenunciable con el fortalecimiento de la educación superior pública en el país.

En el Palacio de Bellas Artes,  el Presidente reconoció una de las aportaciones del cardenismo: “el Politécnico –señaló– es la obra mayor de un grupo de hombres visionarios que dieron rumbo y destino a la educación técnica, industrial y comercial del país. En el legado del ex presidente Cárdenas del Río, de Juan de Dios Bátiz y Luis Enrique Erro se plantearon dos objetivos: formar técnicos y profesionistas para fortalecer el desarrollo nacional, y ofrecer oportunidades de educación a los hijos de obreros y campesinos”.

Día de celebración y duelo para la directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante, cuyo padre Laureano Bustamante falleció la víspera, por lo cual recibió las condolencias presidenciales minutos después de que, como colofón de su discurso, Bustamante encabezara un estruendoso Huelum, coreado por el presidente Calderón, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, así como por legisladores, dirigentes partidistas y todos los presentes, incluido el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, quien, como todos, rubricó el consabido “Politécnico… gloria”.

Larga ceremonia que incluyó un espectáculo en el recinto de Bellas Artes, recientemente envuelto en la polémica tras su remodelación a propósito del bicentenario. Calderón subrayó que el IPN ha cumplido cabalmente su lema de poner la técnica al servicio de la patria. El Poli –como se le llama coloquialmente– ha mostrado que la extensión y la cobertura de la enseñanza que ofrece no están reñidas con la calidad educativa que requiere el país.

Calderón hizo una inusual alusión a los ideales revolucionarios, pues el IPN cristalizó el principio de justicia social de la Revolución que después se consignó en la Constitución. Todo Estado moderno exige una técnica dirigida a la transformación, dijo parafraseando a Lázaro Cárdenas, y subrayó que a lo largo de la historia las aportaciones del IPN se han plasmado en los sectores petrolero, textil, eléctrico, electrónico, automotriz, hidráulico, carretero, de telecomunicaciones y de vivienda.

Igualmente lo ha hecho en las nuevas tecnologías del siglo XXI, como la robótica, la nanotecnología, medio ambiente, energía, tecnologías de la información y de la comunicación.

La directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante, entregó en el Palacio de Bellas Artes una medalla al presidente Felipe Calderón durante la celebración del 75 aniversario de la instituciónFoto Francisco Olvera

Calderón destacó que bajo su administración el IPN ha visto crecer su presupuesto de 6 mil millones de pesos a 10 mil 900 millones de pesos, proporción similar a como se ha incrementado el gasto en educación superior, que se incrementó 65 por ciento de 2006 a 2011, en el cual se ejercen 106 mil millones de pesos.

La educación superior pública ha probado ser el instrumento por excelencia de la movilidad social, el igualador de oportunidades. Y el Politécnico es el mejor ejemplo de ello. Como anhelaron sus fundadores, el instituto ha igualado las oportunidades de miles y miles de mexicanos, de poder construirse con base en su esfuerzo un futuro mejor. Fortalecer la educación superior es la única manera de igualar oportunidades en el país, agregó.

Por su parte, Lujambio señaló que el IPN ha sido parte esencial de la construcción del México moderno, mediante sus contribuciones a la educación, el desarrollo tecnológico y las oportunidades que abrió para los jóvenes de los sectores más desfavorecidos.

Resaltó la forma en que el instituto ha colaborado en la actualización de miles de maestros de educación básica, la creación del catálogo de formación continua de docentes y el diseño de la reforma al sistema de educación media superior.

A su vez, Bustamante Diez – quien recibió un prolongado aplauso– destacó el papel de esta casa de estudios no sólo como formadora de personal técnico capacitado, sino también como un espacio de reivindicación social para miles de personas.

Surgido en una época complicada, justo después de la Revolución Mexicana, cuando aún se sentían los efectos de la Gran Depresión económica en Estados Unidos, los fundadores del IPN establecieron una vocación de responsabilidad social.

El 16 de enero de 1936, sin mediar ceremonia oficial –recordó Bustamante–, el Politécnico abrió sus puertas a 14 mil 300 estudiantes con el apoyo del general Cárdenas, quien tenía interés en formar a los hijos de los obreros y los campesinos.

Aseguró que el IPN se ha distinguido por adaptarse a los cambios sociales e incluso por generarlos, y su responsabilidad es formar nuevos conocimientos y adaptarlos a las necesidades de la población, para crear una sociedad más justa y equitativa.

El Politécnico, presente en 17 estados de la República, tiene la misión de avanzar más firmemente y con mayor velocidad en la formación de los recursos humanos que necesita México, porque pensar en el futuro del aparato productivo es pensar en el futuro del país.