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Mañana estrenan El día más violento, obra de Bárbara Colio, en el teatro Jiménez Rueda

Llevan a escena la entrega incondicional de Carmen Serdán a la Revolución

La historia de esa mujer es de agallas, de quien se arrojó por un ideal, dice la dramaturga

Se trata de resaltar la vigencia de las causas sociales que detonaron esa gesta: De Tavira

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Ensayo de la puesta en escena a cargo de la Compañía Nacional de TeatroFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de febrero de 2011, p. 5

En El día más violento, la dramaturga Bárbara Colio explora la historia de la familia Serdán de Puebla, de los hermanos Carmen y Aquiles, quienes detonaron la Revolución a la que llamaba Francisco I. Madero.

El 18 de noviembre de 1910 los hermanos se enfrentaron a más de 200 soldados porfiristas que atacaron su casa en busca de armamento.

Aquiles murió ese día, Carmen, viviría 35 años más, hasta el régimen presidencial de Manuel Ávila Camacho, tiempo suficiente para ver el rumbo de la revolución institucionalizada.

Tal es el contexto histórico en el que se desarrolla esa obra de teatro de Bárbara Colio, con dirección de Mauricio Jiménez, puesta en escena con elenco de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), que será estrenada este viernes en el teatro Julio Jiménez Rueda.

No obstante que el texto dramatúrgico tiene un contexto histórico, no se trata de una obra sobre la Revolución, explicaron los creadores escénicos, sino de una reflexión sobre las causas y el pensamiento revolucionario a través de la figura de Carmen Serdán, mujer enjundiosa y comprometida que se entregó a la causa revolucionaria con el anhelo de cambiar el estado de cosas en aquel momento, en el que a los hombres les mataban el alma a latigazos, como diría la propia Carmen Serdán.

El sueño de cambiar la vida

En la ficción de El día más violento, la historia se cuenta desde la memoria y los sueños de Carmen Serdán joven, vieja y muerta. Los espacios, los tiempos, la vida y la muerte se entrecruzan. Ella es aquí la mujer idealista que tomó las armas y que hubiera preferido morir en la batalla revolucionaria, en contraste con aquella mujer que vivió 35 años más y aquella otra que no sabe que existe.

La figura de Carmen Serdán fue la de una joven poblana que padeció catalepsia y hacía deliciosos dulces, pero que también fabricaba bombas caseras y pegaba propaganda. Fue espía del movimiento maderista e incluso llegó a contrabandear armas.

La obra, comentó la dramaturga, cuestiona de alguna manera “si realmente valió la pena haber entregado –literalmente– la vida de toda su familia y haberse quedado sin nada por entregarse al movimiento revolucionario que ella misma pudo ver hasta casi la presidencia de Miguel Alemán”.

La de Carmen Serdán, añadió Colio, es una historia de agallas, de cojones, de gente que se arrojó por un ideal.

Si la convicción y línea de pensamiento del personaje siguieran vivas, destacó Mauricio Jiménez, estaríamos viviendo otro país. De ahí la importancia de revivir ese pensamiento y enjundia. El tratamiento atemporal (de la obra) permite una libertad absoluta para hablar sobre lo que por muchos años hemos soñado: cambiar la vida.

Escénicamente, detalló Jiménez, todo ocurre en andamios, estructuras que permiten subir y bajar, que representan la Revolución. Son estructuras que lo mismo prometen la edificación de algo más grande que está por construirse.

Para Luis de Tavira, director de la CNT, en el contexto del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, la idea fue llevar a escena la dramaturgia de nuestro momento, más que recurrir a reconocidos dramaturgos, como Rodolfo Usigli, Elena Garro o Vicente Leñero.

La obra de Bárbara Colio, explicó De Tavira, nos trae a la memoria aquellos primeros disparos que provocaron aquel día más violento con el que se inicia el sangriento movimiento revolucionario. Un disparo que adelantó el alzamiento convocado para el 20 de noviembre por el Plan de San Luis y que ocurrió azarosamente dos días antes, el 18 de noviembre.

Se trata de una propuesta teatral que se relaciona con lo que originalmente Usigli formuló como antihistoria, es decir, manifestó De Tavira, la propuesta de un teatro que pueda mostrar el reverso de las historias oficiales.

En ese sentido, la dramaturga propone que el acontecimiento del pasado se convierta en metáfora del porvenir, pues de lo que aquí se trata es de resaltar la tremenda vigencia de las causas sociales que detonaron el movimiento revolucionario.

Con presupuesto de alrededor de 1.5 millones de pesos, El día más violento se estrena este viernes a las 20 horas en el teatro Jiménez Rueda (avenida de la República 154, colonia Tabacalera).