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Cualquiera que sea su decisión tendrá el apoyo familiar, dice el ex candidato presidencial

Si alguien pudiera unificar al PRD sería Lázaro, afirma Cuauhtémoc Cárdenas

En la presentación del libro Sobre mis pasos, condena alianzas promovidas por algunos dirigentes

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Cuauhtémoc Cárdenas y Carlos Payán Velver, director fundador de La Jornada, durante la presentación del libro Sobre mis pasos, del ex candidato presidencialFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de febrero de 2011, p. 22

Lázaro Cárdenas Batel tiene capacidad para lograr mayor unidad en el PRD, aunque esto no necesariamente significa que aceptará contender por la dirigencia del partido, afirmó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien dijo que cualquiera que sea su decisión será plenamente apoyada por él y toda su familia.

Él tiene capacidad para conducir adecuadamente al PRD. Si alguien pudiera, creo que sería él, reiteró en entrevista poco antes de que Carlos Payán, director fundador de La Jornada, y Carlos Heredia presentaran el libro Sobre mis pasos, un recorrido por la vida política del ex candidato presidencial.

Destacó que después del 19 de marzo, fecha de renovación de la dirigencia perredista, le gustaría ver un partido unificado, donde no fueran las cuotas las que definieran las decisiones. Aunque refrenda su entusiasmo por el proyecto que dio vida al PRD, condena las desviaciones que han promovido algunas de sus dirigencias.

Hay distanciamiento en casos como las alianzas, que son, a mi juicio, no sólo contradictorias, sino perjudiciales para el PRD. No sólo lo desdibujan, sino que marginan y alejan a la gente del partido. Interrogado sobre la propuesta de la actual dirigencia perredista para convocar a una consulta en el estado de México a efecto de determinar una alianza con el PAN, Cárdenas insistió en que sería un grave error, independientemente de cómo se tome esa decisión.

Posteriormente, la presentación del libro del ingeniero Cárdenas se convirtió en una narración a tres voces en la que se exploraron conjuntamente diversas etapas de la vida política del país. Carlos Payán recordó la tarde del 6 de julio de 1988 y los días con todas las irregularidades electorales, incluida la caída del sistema, que dieron un cuestionado triunfo a Carlos Salinas de Gortari, y cómo éste, por mediación de Manuel Camacho Solís, hoy responsable de la política aliancista del PRD, acercó al ingeniero con Salinas.

¿Qué quieres?, recordó Payán de aquel diálogo. ¿Qué quieres? Eso le preguntó a Cuauhtémoc. Y él respondió: ¡Que se limpien las elecciones!. Eso, continuó Carlos Payán, marca mucho del carácter de Cuauhtémoc.

De su parte, Carlos Heredia lo llevó a recordar aquel pasaje de la visita de Juan Pablo II a México, en enero de 1999, en la que, atendiendo a que la población en el Distrito Federal era mayoritariamente católica, Cuauhtémoc Cárdenas le dio el trato de visitante distinguido y le entregó las llaves de la ciudad, aun cuando –recordaron Payán y Heredia– Cuauhtémoc Cárdenas ha defendido siempre el laicismo en la política nacional.

La larga conversación entre personajes que compartieron con Cárdenas algunos de esos pasajes de la vida nacional fue una sabrosa charla, que iba de la niñez del fundador del PRD al fracaso del Tratado de Libre Comercio; del asesinato del guatemalteco John Sosa a la grave situación de los migrantes mexicanos en Estados Unidos; de la importancia de la familia en la formación y toma de decisiones del ingeniero a la ruptura de la Corriente Democrática con el PRI. “Esto fue fácil –dijo–: nos fuimos con nuestros principios y los demás renegaron de esos principios, aunque mantuvieron sus cargos y encomiendas en los diferentes gobiernos del PRI”.