Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 30 de enero de 2011 Num: 830

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La pasión de Carl Dreyer
Rodolfo Alonso

El caso Winestain
Edith Villanueva

Gaspar García Laviana sacerdote, guerrillero y poeta
Xabier F. Coronado

Hitler en un Macondo
Luis Pulido Ritter entrevista con Ana Tipa

Dos Hítleres, el documental

Ernesto Sábato: antes del fin, la resistencia
Antonio Valle

Mesura y desmesura
Vilma Fuentes

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Hugo Gutiérrez Vega

La poesía griega contemporánea (X Y ÚLTIMA)

Kaknavatos, Anagnostakis, Patrikios, Denegris y Maya María Roussou, son los cinco poetas que completan el cuadro de la poesía griega de finales de siglo pasado, junto con los otros que he mencionado.

Patrikios vivió su exilio francés e italiano y se relacionó con los poetas de esos dos países. Nacido en 1928, ex comunista, miembro de la resistencia, estuvo a punto de ser ejecutado, Patrikios es un hombre amable y comprensivo, un prosista vigoroso y un poeta que se ha marcado un camino que sigue contra viento y marea y, sobre todo, contra el silencio de los críticos que no encuentran dónde catalogarlo y, por lo tanto, prefieren no tocarlo. Así dice su poema “Después de la manifestación”,con el epígrafe: Recomendaciones a la manera de M. Katsarós: “Cuídense del pánico que está por declararse/ apenas se vierta la sangre en el asfalto/ cuídense de la cachiporra del policía/ y de la denuncia del soplón/ cuídense de las multitudes indiferentes/ que volverán a llenar las calles/ cuídense de la primavera, del inminente verano/ de las facilidades para viajar, del ensueño cerrado/ cuídense de los futuros esposos/ que pelean en el lugar donde cayeron los muertos/ cuídense de los poetas/ que saquean versos en tumbas de desconocidos.”

Tasos Denegris, nacido en 1934 y muerto en 2009, es el traductor de Borges, Neruda y Paz. Se mantiene cerca de las literaturas en español y portugués, y construye lentamente una poesía en la que las lecturas abundantes de otros poetas y su visión de la historia reciente de Grecia y de las vicisitudes de su generación, se mezclan para producir un fenómeno poético al mismo tiempo testimonial y puramente lírico: “Miseria, invierno/ Y en la habitación, donde escribo/ Sigo de cerca/ A Evaristo Carriego/ Por si logro entenderlo/ y llevarlo a nuestra lengua.// Empero en algún momento me canso/ Vuelvo la mirada hacia los ventanales/ Miro el contrafuerte del edificio/ Vecino.// Sus balcones pobres/ Y lo que muestran:/ Trapos de piso y ajos en una red/ Un sillón de paja/ Una cuna de hierro.// A las construcciones de atrás/ Las imagino similares/ Y luego/ La avenida Mesoguíon/ Contaminada/ Y más allá/ La atrayente montaña/ El Himetos/ Mi infantil vínculo/ Con la libertad.”

Quiero terminar estas palabras con una poeta traductora e hispanista, Maya María Roussou, nacida en 1937 y muerta en 1989. Traductora de Vallejo, Paz, Lezama Lima y Rosario Castellanos, su poesía es un itinerario amoroso presidido por la ausencia, por la pérdida del ser amado.

“¡Qué bella eres!”, me dijiste/ “¡Que bella eres!”, volviste a decir./ Conmigo he traído miles de muertes/ ¡y no sé con cuál de ellas empezar a matarte!”

Hay en Grecia muchos poetas jóvenes dispuestos a continuar con esta tradición hecha de rupturas. La poesía griega actual busca en el pasado, en la escritura minoica, la riqueza confusa de Bizancio, la abundancia expresiva de la lengua demótica, sus temas y su tensión espiritual.

Elytis sintetiza esta búsqueda en un poema revelador: “Salí a buscar llagas nuevas/ que sobre las viejas flotaran como nenúfares/ En aquella mar antigua que conocía/ ahora se habrá hundido el mundo/ con sus dos mástiles inclinados saliendo del agua/ y yo, como si fuera de verdad, escribiré todavía.”

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