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El combate al crimen organizado no es opcional, asevera

Lejana, una política de Estado en materia de seguridad: Calderón
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Periódico La Jornada
Domingo 30 de enero de 2011, p. 9

Zurich, 29 de enero. Al concluir sus actividades en Suiza, el presidente Felipe Calderón lamentó, en conferencia de prensa, que México aún esté lejos de alcanzar una política de Estado en materia de seguridad, asumida por los gobiernos de los tres niveles y por los partidos. Destacó el respaldo que recibió de la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, en su lucha contra el crimen organizado, y subrayó que la política para combatirlo no es optable, es la única alternativa.

A bordo del avión presidencial, poco antes de despegar de regreso a México, Calderón calificó de respetables las posturas sobre el combate al narcotráfico asumidas por los ex presidentes Ernesto Zedillo (México), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y César Gaviria (Colombia), aunque consideró que el eje de sus críticas era la situación en Estados Unidos. La legalización de la droga en cualquier país que no sea este último, el mayor consumidor del mundo, no es viable, por las consecuencias que conlleva, sostuvo.

Niega críticas

Destacó que no se trata de una crítica a la política de su administración respecto al problema del narcotráfico. Aseguró que muchas de esas propuestas ya se ejecutan en México, como la relacionada con las acciones preventivas para inhibir el consumo de drogas.

El Presidente expresó que México tiene una política activa en materia de adicciones, y a través de los centros Nueva Vida y otras acciones, el gobierno está haciendo más que en cualquier otro momento a favor de un tratamiento y una política de salud contra las adicciones y el tratamiento de jóvenes y adolescentes con problemas de drogadicción.

Agregó que en México no está penalizado el consumo de droga desde hace tiempo.

No existe sanción para lo que se llama las dosis de consumo personal, que es lo que propone este grupo de ex políticos o de políticos ex presidentes.

Al referirse al eje de la propuesta, la legalización de las drogas, consideró que es un tema que debe abordarse desde una visión global, porque no tiene sentido asumir decisiones unilaterales que no impactan en los precios de los estupefacientes ni en sus efectos económicos y sociales si no se dan en el contexto de una política general, sobre todo en Estados Unidos.

Por el contrario, sobrevendrían todos los efectos negativos de facilitar la disposición de drogas a niños y jóvenes, agravando su impacto social, insistió. Si hay una lectura cuidadosa de la propuesta de los ex presidentes, se entenderá que esencialmente se refiere a la “política americana”, pero todas las opiniones son respetables, y desde luego yo tengo la mía, añadió.

Afirmó que la secretaria de Estado estadunidense –durante su visita a México– dio un gran respaldo, un respaldo absoluto en el combate que el país hace en contra del crimen organizado.

Hubo coincidencias en que ese es el camino a seguir y debe quedar claro que no se trata simplemente de algo optable, es la única alternativa, dijo.

Plantear que existe una alternativa y simplemente pensar que el gobierno puede claudicar de su deber de proteger a los ciudadanos, de combatir a los delincuentes, de hacer cumplir la ley, esa es una opción que, evidentemente, no tiene viabilidad. Tenemos que combatir al crimen, hacerlo con estrategias cada vez más sólidas, cada vez mejor implementadas.

No se puede olvidar que la violencia proviene de los violentos, que el crimen proviene de los criminales, que los homicidios los realizan los homicidas y que son precisamente los violentos, los criminales, los que han alterado la paz en el país.

Apuntó que no se trata de un programa del Presidente en turno, sino que debe ser una política respaldada por los tres niveles de gobierno, los poderes públicos y los partidos políticos.

Creo que falta mucho por abonar a que se logre consolidar la idea de una política de Estado y, sobre todo, una política que esté por encima de las visiones partidistas y pueda tener la fortaleza y el consenso de todos los participantes en política.

Al revisar las propuestas en materia de seguridad, no veo con claridad que haya planteamientos de alternativas muy claras y fundadas. En general, bordan sobre los mismos temas que hemos hecho: enfrentar el crimen organizado, depuración y fortalecimiento de las instituciones públicas, particularmente las policiacas y ministeriales, especial énfasis en la política preventiva, considerando las adicciones como un problema de salud.