El empresario ganadero Arturo de la Garza González –hijo del ex gobernador de Nuevo León Arturo B. de la Garza (1943-1949), y hermano de Lucas de la Garza, ex secretario general de Gobierno– fue encontrado ejecutado a balazos, luego que la noche del jueves había sido levantado por un grupo armado cuando salía de la sede de la Unión Regional Ganadera, en el municipio de Guadalupe.

Sobre el cuerpo del también ex diputado federal y local por el PRI, y ex presidente de la Confederación Nacional Ganadera –localizado a las 7:30 horas de este viernes en el kilómetro 98.3 de la autopista a Reynosa (Tamaulipas), a la altura del municipio de China–, los sicarios dejaron un mensaje, cuyo texto no ha sido revelado por las autoridades.

El asesinato del ganadero de 74 años ocurre en momentos que Nuevo León vive un recrudecimiento de la violencia del crimen organizado, con frecuentes balaceras y ejecuciones, que han cobrado más de 90 vidas en lo que va del primer mes de 2011. Durante 2010 se perpetraron 612 crímenes.

La noche del jueves, autoridades policiacas reportaron el hallazgo del cuerpo descuartizado de Janeth Hinojosa, celadora del penal de Topo Chico, en Monterrey. Los restos estaban en una caja de plástico abandonada en el estacionamiento de un centro comercial cercano a la penitenciaría federal.

Para tratar de frenar la ola delictiva, los gobiernos federal y estatal acordaron que a partir del próximo jueves 300 militares desempeñarán tareas policiacas de prevención del delito. La presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Minerva Martínez, pidió que los soldados sean capacitados para que no incurran en violaciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Enfrentamiento en kínder

La madrugada del viernes, elementos del Ejército Mexicano dieron muerte a cuatro presuntos criminales que se refugiaron en un jardín de niños de la comunidad de Pantanal, municipio de Xalisco, Nayarit, desde donde dispararon y lanzaron granadas contra los soldados.

Los cuerpos de los pistoleros y rastros de sangre quedaron dentro de las aulas, entre crayones y mandiles cuadriculados de los menores. Por la hora en que ocurrió la refriega, el plantel se encontraba vacío. Los efectivos castrenses incautaron ocho armas, 11 granadas, un lanzagrandas, 87 cargadores, cartuchos y siete vehículos.

Este viernes, otras 18 personas murieron en en acciones del hampa en Chihuahua, Sinaloa, Morelos, Michoacán (donde fue ultimado el policía municipal de Lázaro Cárdenas Alfonso Cañas), Aguascalientes, Baja California y Jalisco.

En tanto, ayer por la mañana aparecieron siete mantas en la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco, con mensajes firmados por el cártel del Milenio, dirigidos al gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, a quien le piden poner orden en la Secretaría de Seguridad Pública del estado y evitar que Jalisco se convierta en otro Tamaulipas o Guerrero.

Mientras, los padres de un adolescente de 14 años denunciaron ante la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CDHM) que su hijo fue privado de la libertad, torturado y golpeado por al menos 10 soldados que la noche del jueves irrumpieron en su vivienda, en el municipio de Temixco.

Aseguraron que los militares les exigían a ellos y a su hijo información sobre el paradero de Julio de Jesús Radilla, El Negro, jefe de sicarios del cártel del Pacífico Sur en Morelos, encabezado por Héctor Beltrán Leyva.

El menor relató que por más de una hora, los elementos castrenses lo mantuvieron acostado en la parte trasera de un vehículo, donde lo interrogaron y me dieron tablazos en espalda y nalgas, narró el menor, quien cursó hasta primero de secundaria y ahora trabaja en una frutería.

En tanto, la CDHM señaló que el Ejército violó las garantías individuales de Giovanni Molina, de 18 años, y un menor de 15 años, quienes el jueves fueron detenidos en el municipio de Jiutepec y, antes de ser consignados ante el Ministerio Público Federal, los presentó ante los medios de información como miembros del cártel del Pacífico Sur.

La titular de la CDHM, Lucero Benítez, afirmó que, al igual que lo acontecido con el adolescente de 14 años conocido como El Ponchis, actualmente preso –quien aceptó haber cometido asesinatos–, no se protegió su identidad y fueron exhibidos sin que hasta ahora se les haya comprobado algún delito.