Oler las lágrimas de una mujer puede enfriar el deseo sexual de un hombre, según un estudio que determinó que el llanto femenino puede tener un efecto químico directo en la libido masculina.

Científicos han encontrado evidencia de que las lágrimas de una mujer en el llanto emocional contienen una señal química capaz de ejercer un efecto subconsciente en el deseo sexual de un hombre, aun si no es testigo del llanto.

Los hallazgos sugieren un papel funcional del llanto en humanos, únicos seres del reino animal capaces de expresar emoción con ojos llorosos. El llanto en las mujeres puede ser una forma de controlar el deseo masculino y la agresión sexual, sugieren los investigadores.

Los biólogos nunca han logrado dar una explicación satisfactoria a las lágrimas emocionales que se producen en el llanto, en oposición a las lágrimas de protección producidas para mantener los ojos húmedos y libres de polvo e impurezas. Si bien las lágrimas constituyen obviamente una señal emocional, no se ha encontrado una función evidente en ellas, señalan científicos del Instituto Weizmann de Ciencia en Rehovot, Israel.

Pese a las teorías sicológicas sobre el significado de las lágrimas y las teorías biológicas que las describen como una adaptación relativa a su naturaleza protectora de los ojos, o un mecanismo para expulsar sustancias tóxicas, el significado funcional de las lágrimas emocionales aún no se conoce, precisan los científicos en un informe que se publicará en la revista Science.

Sin embargo, luego de una serie de experimentos en los que se pidió a hombres oler pañuelos empapados en lágrimas emocionales de mujeres, los investigadores creen haber encontrado evidencia convincente de que las lágrimas femeninas contienen alguna señal química, o feromona, que puede afectar directamente el estado emocional del varón.

Uno de los estudios consistió en pedir a hombres que evaluaran una serie de fotografías de rostros de mujer de acuerdo con su tristeza o su atractivo sexual. En ocasiones se les expuso a las lágrimas de mujeres que lloraban, y a veces se les dieron a oler pañuelos empapados en solución salina que había sido recogida cuidadosamente después de dejarla correr por mejillas de mujeres, con el fin de simular cualquier olor corporal que pudiera recogerse.

Ninguno de los hombres pudo detectar diferencia alguna de aroma entre los pañuelos empapados en lágrimas y los que contenían la solución salina, y ninguno supo que lo que le daban a oler contenía lágrimas femeninas.

El profesor Noam Sobel, quien encabezó el equipo, señaló que sólo después de ser expuestos a las lágrimas los hombres mostraban una disminución significativa de la estimación del atractivo sexual de las mujeres. Estudios posteriores revelaron que las lágrimas también producían un descenso de la testosterona en la saliva de los varones, así como en su propio juicio acerca de su estado de excitación sexual.

Una parte final del estudio investigó la actividad cerebral de los hombres por medio de resonancia magnética. Una vez más, los científicos descubrieron que disminuía la actividad en partes del cerebro asociadas a la excitación sexual luego de oler lágrimas de mujer.

Estos efectos se materializaron pese a que los sujetos no vieron llorar a una mujer ni conocían la fuente de la sustancia. Además, en la cultura occidental la exposición a las lágrimas ocurre generalmente en proximidad. Abrazamos a un ser querido que llora, por lo general poniendo la nariz cerca de las mejillas húmedas, lo cual genera una pronunciada inhalación durante el abrazo, comenta el profesor Sobel.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya