El arqueólogo Carlos González González realizó una amplia investigación sobre el culto al dios mexica Xipe Totec, la cual será publicada este año en una coedición del Fondo de Cultura Económica y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El libro Xipe Totec, guerra y regeneración del maíz en la religión mexica primero fue la tesis doctoral de González González, y ahora con su publicación comercial, develará diversos aspectos que relacionan a esta deidad con el maíz, la regeneración de la tierra y el sacrificio por desollamiento de los cautivos de guerra.

Sobre este dios mexica, conocido como el que se viste con la piel desollada, se efectuaba la fiesta del Tlacaxipehualiztli (desollamiento de hombres), la cual se realizaba durante varios días del mes de marzo hasta coincidir con el equinoccio de primavera.

En esta celebración los sacerdotes sacrificaban a los cautivos, les extraían el corazón y después los desollaban para vestirse con la piel que obtenían de los guerreros enemigos.

“Fue un trabajo apasionante, porque –durante la investigación documental y bibliográfica– encontré infinidad de vínculos con la regeneración del maíz y la fiesta en la que se relacionaban la guerra y el desollamiento de guerreros cautivos.”

Guerra, generadora de vida

El director del Museo del Templo Mayor aclara que debemos tomar en cuenta que para los mexicas la guerra no era una actividad destructiva, sino que mediante ella se nutría al Sol y a la tierra, además de que se propiciaba la regeneración de la vida.

La fiesta a Xipe Totec, explica González González, “era totalmente masculina; durante la celebración morían guerreros cautivos y se practicaba el sacrificio gladiatorio con víctimas de alta jerarquía militar, enemigos que eran sometidos a prácticas sacrificiales y al llamado rayamiento.

Hallé datos interesantes y relatos sobre la fiesta a Xipe, los cuales describen cómo los guerreros mexicas ascendían en la jerarquía militar según los cautivos que ofrecían.

Durante la investigación el arqueólogo también halló otra celebración mexica con desollamiento y sacrificio, pero en versión femenina. Esta fiesta se realizaba en septiembre y estaba dedicada a la diosa madre, por tanto, las víctimas eran mujeres.

En el texto, que se encuentra en fase de revisión, además se describen los espacios y lugares donde se realizaban los rituales a Xipe Totec. Carlos González ubicó un templo periférico dedicado al mismo dios, donde se halla en la actualidad el mercado de San Juan y la iglesia del Buen Tono.

Esta es una propuesta concreta sobre la ubicación del templo desde los orígenes mismos de Tenochtitlán, previo a la etapa imperial de los mexicas.