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El joven diseñador muestra en el museo del Chopo más de 200 piezas originales

Por primera vez, Yasui trae su concepto Kami-Robo a México

Esos juguetes me hacen feliz y reviven mis sueños de la infancia, expresa a La Jornada

Mediante pequeños robots refleja el mundo real de los combates de lucha libre

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Tomohiro Yasui, con algunos de sus pequeños robots –de una colección que suma 400 juguetes elaborados primero con papel y cartón y ahora con vinil y piel–, durante la entrevista La JornadaFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de enero de 2011, p. 2

Por primera vez en México se presenta en una exposición el concepto japonés Kami-Robo, del joven diseñador Tomohiro Yasui, creador de una serie de robots de papel, personajes de lucha libre que miden entre 15 y 20 centímetros de alto, con articulaciones en hombros, caderas, codos, rodillas, muñecas y tobillos.

Integrada por más de 200 piezas originales, inspiradas en las populares caricaturas de robots de la televisión japonesa de los años 70 del siglo pasado, la muestra se exhibe en el Museo del Chopo, donde además se explica la idea y el desarrollo del imaginativo juego de lucha libre creado por Yasui hace más de 30 años.

Se trata de una delicada colección hecha a mano, donde cada uno de los robots luchadores profesionales tiene nombre y personalidad definidas.

Su origen se gestó cuando Yasui, entonces de ocho años, comenzó a crear y divertirse con sus propios juguetes hechos de alambre, haciéndolos parecerse a los personajes de sus series favoritas de acción de la televisión.

Con los años esa afición lo llevó a crear luchadores articulados de cartón más complejos, que hoy día integran una colección de más de 400 robots luchadores, reunidos en 11 grupos.

Gracias a la imaginación de Yasui se han convertido en un reflejo el mundo real de la lucha libre, incluyendo sus historias y dramas humanos, así como sus complejas relaciones y batallas que dan vida a toda una saga, cuyos conflictos se resuelven en el cuadrilátero.

Los luchadores Kami-Robo no fueron creados para ser exhibidos como piezas de diseño. Se pueden doblar, son flexibles y elásticos. Se trata de luchadores funcionales que al ser manipulados por su creador, reviven todo un mundo de fantasía como cuando de pequeño se echa a volar la imaginación.

Después de 15 años, el creador del concepto Kami-Robo, Tomohiro Yasui, visita nuevamente nuestro país.

En charla con La Jornada recuerda que en su primer viaje lo que más le llamó la atención fueron los espectadores cuando asistió a algunas funciones de lucha libre en México, y que esa experiencia ha influido mucho en su trabajo.

Imaginación y encanto

Lo que hace emocionante la lucha Kami-Robo, dice Yasui, es cuando en las presentaciones ocurre algo dentro del cuadrilátero que sorprende mucho. Mi imaginación se alimenta porque he visto muchisímos combates reales de lucha libres: eso se ve reflejado en Kami-Robo.

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Tomohiro YasuiFoto Yazmín Ortega Cortés

Hace más de 30 años cuando empezó a crearlos, los kami-robots eran muy frágiles, pues los hacía de papel y cartón. Ahora son más resistentes, pues Tomohiro Yasui utiliza materiales como vinil y piel.

Mi imaginación por supuesto ha cambiado. Cuando era niño copiaba las caricaturas de moda, ahora Kami-Robo es una especie de lienzo frente al que pienso qué es lo que voy a pintar.

Cuando se siente inspirado Yasui se sumerge por días en el mundo de Kami-Robo. “Los luchadores no se convierten en buenos luchadores de la noche a la mañana. Me imagino que son luchadores reconocidos después de uno o dos años.

Primero ingresan al cuadrilátero como novatos, lo cual les da la oportunidad de ejercitar sus articulaciones. Después de un par de años, sus articulaciones son más flexibles, permitiéndoles descubrir dónde se encuentran dentro del mundo Kami-Robo.

Yasui ha jugado con los Kami-Robo desde que estaba en primaria. En un video que se proyecta como parte de la muestra, Tomohiro confía: “Pertenezco a una generación en la que se consideraba extraño y algo peligroso ser aficionado a los personajes de la televisión. Era diferente a lo que es hoy día, por lo que siempre me sentí culpable por jugar Kami-Robo. El sentimiento a veces aparece. Una parte de mí piensa que debería dejar todo atrás, pero al mismo tiempo en verdad disfruto jugando con ellos. Mi lado sensato lo ve objetivamente y se pregunta: ‘¿cuánto más durará?’”

A lo largo de 20 años sólo los había mostrado a sus amigos. Yo pensaba que estos juguetes gastados, hechos a mano, eran privados, pero mi opinión cambió cuando conocí a Katsunori Aoki, quien hizo que me diera cuenta que por ser tan distintivos, tenía sentido mostrarlos al público. Si el Kami-Robo te hace feliz y te ayuda a revivir tus sueños de la infancia estoy encantado.

Hasta el momento la colección de Yasui integra alrededor de cuatro centenares de luchadores robots originales. La mitad de ellos se exhibe en el museo del Chopo (calle Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera).