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Contra el Establishment
Estamos cansados de la guerra, mensaje de Hussein a Bush en 1990

El llamado desesperado ocurrió poco antes de la invasión de EU a Irak

La embajadora Glaspie destacó la sinceridad del entonces gobernante

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Simpatizantes de Julian Assange, fundador de Wikileaks, durante una movilización de apoyo en MoscúFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 14 de enero de 2011, p. 25

Meses antes de la primera invasión estadunidense a Irak en 1991, el entonces presidente iraquí Saddam Hussein envió un mensaje desesperado a su par de Estados Unidos, George Bush: estamos cansados de la guerra.

Hussein, que había combatido durante una década al gobierno revolucionario islámico de Irán, no fue escuchado. Su queja acerca de la sobreproducción de petróleo en Kuwait fue ignorada y el 2 de agosto de 1990 ordenó la ocupación del pequeño país ubicado en la frontera sur de Irak. Los petroleros kuwaitíes se habían negado a respetar los topes de producción petrolera y los precios estaban a la baja.

La embajadora April Glaspie, experta en asuntos árabes que tuvo un papel de primera línea en la llamada Guerra del Golfo, relató en un cable diplomático del 25 de julio de 1990 la conversación que tuvo ese mismo día con Hussein en el palacio presidencial iraquí. El documento fue filtrado el 3 de enero pasado en el sitio de Wikileaks y lleva por título El mensaje de amistad de Saddam al presidente Bush.

Una transcripción del diálogo fue publicado en el diario The New York Times el 23 de septiembre de 1990. La conversación en árabe fue divulgada por el gobierno iraquí y su traducción al inglés fue hecha por la televisora estadunidense ABC. Algunos puntos de la entrevista coinciden con la narración de Glaspie, pero en aquel momento, el Departamento de Estado se negó a confirmar el hecho.

En el memorando clasificado como secreto, Glaspie describió que el mandatario iraquí convocó a la embajadora para la entrevista, que duró dos horas.

El actual cuerpo diplomático (estadunidense en Bagdad) no tiene memoria de que Saddam haya convocado antes a un embajador. Está preocupado, escribió Glaspie, quien describió el trato del presidente como cordial, razonable e inclusive cálido.

La única razón de la convocatoria fue la de enviar un mensaje de amistad a Bush (1989-1993), precisó la diplomática. El énfasis que hace (Hussein) sobre un arreglo pacífico es seguramente sincero, destacó Glaspie.

Hussein, de acuerdo con el relato de Glaspie, no quería un conflicto con Kuwait, pero al mismo tiempo se quejó de que algunos círculos en Washington, concretamente el Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia, no son amistosos con Bagdad.

Esas instancias oficiales estadunidenses, según Hussein, estaban utilizando a Kuwait y a los Emiratos Árabes Unidos –en el golfo Pérsico– como puntas de lanza contra el gobierno iraquí.

Hussein también explicó a la diplomática que la guerra con Irán había perdido su razón de ser y que Bagdad estaba dispuesta a ceder la mitad del canal Shatt-al-Arab, que se encuentra en la línea divisoria entre los dos países y es utilizado por ambos para el transporte petrolero, para dar por terminadas las hostilidades.

En respuesta a los ofrecimientos de amistad de Hussein, Glaspie preguntó, sin ánimo de confrontación, ¿cuáles son sus intenciones con el despliegue de tropas a la frontera con Kuwait?

Su respuesta fue que la pregunta era razonable y admitió que Estados Unidos debe estar preocupado por la paz regional, y que de hecho, es nuestra responsabilidad como superpoder.

Casi al final de la entrevista, Hussein interrumpió para tomar una llamada urgente del presidente egipcio Hosni Mubarak. Al volver, el iraquí informó a la diplomática que Kuwait había aceptado negociar, que los representantes kuwaitíes se reunirían en Riad (Arabia Saudita) con los enviados del gobierno de Irak y que se entrevistarían una vez más el 30 de julio en Bagdad.

“Le dije a Mubarak –dijo Hussein– que nada sucederá hasta el encuentro”, ni durante ni después de las citas, si los kuwaitíes nos dan alguna esperanza, relató Glaspie.

En su comentario final, la embajadora consideró difícil alcanzar un arreglo pacífico como pidió el iraquí y aunque destacó la sinceridad del mandatario, escribió: Saddam parece que ahora quiere un compromiso sobre precios del petróleo y producción para cubrir los próximos meses.

Tras la invasión iraquí a Kuwait, Bush ordenó el bombardeo aéreo el 16 de enero de 1991 y el asalto por tierra el 23 de febrero. Nacido en abril de 1937, Hussein fue ejecutado en diciembre de 2006, tres años y medio después de la segunda invasión a Irak.