Mundo
Ver día anteriorMartes 11 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Contra el Establishment
Gazprom, empresa en la que prevalece una corrupción generalizada: diplomacia de EU

Parte de sus ingresos terminan en cuentas bancarias privadas

El gobierno ruso, aferrado en creer en las bondades de un Estado controlador

Foto
Figura de Julian Assange, fundador de Wikileaks, en Nápoles, Italia. La imagen es de diciembre pasadoFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 11 de enero de 2011, p. 18

Moscú, 10 de enero. La joya de la economía rusa, el consorcio Gazprom, que monopoliza la producción y venta de gas dentro de Rusia y exporta la cuarta parte del combustible que consume Europa, no es sino una empresa mal administrada de estilo soviético, donde prevalecen ejecutivos con escasa imaginación y una corrupción generalizada.

Semejante retrato se debe a los diplomáticos de Estados Unidos, que así lo reportaron al Departamento de Estado en uno de los cables enviados por la embajada en Moscú, dados a conocer en fecha reciente por Wikileaks.

Gazprom es lo que se puede esperar de un monopolio del Estado que explota un inmenso recurso natural: una estructura ineficiente, corrupta y usada como instrumento político, escribió el embajador John Beyrle en 2009.

No es una compañía global competitiva, a pesar de tener una de las mayores reservas de gas en el mundo; Gazprom es el heredero del antiguo Ministerio del Gas de la Unión Soviética y como tal es manejado, añade.

Por eso, sus directivos sobreestimaron la demanda de gas natural ruso en Europa y no pudieron prever su caída por el incremento de las importaciones de gas licuado.

La suma de errores, en el contexto de la crisis financiera mundial, le costó a Gazprom que su capitalización de mercado bajara de 350 mil millones de dólares en 2008 a 150 mil millones ahora.

El recorte en la política de gastos de la empresa refleja que, al margen de la retórica, Gazprom no puede gastar un dinero que no tiene. Por tanto, los problemas de largo plazo que padece superan su capacidad de control y requieren reformas fundamentales que es muy difícil acometer, sentenció Beyrle en otro cable.

Lamenta el diplomático que el gobierno de Rusia siga aferrado a creer en las bondades de mantener el sector bajo control del Estado y no permita privatizar el consorcio, lo que –en su opinión– se traduciría en una industria el gas más valiosa y productiva.

El corte en los suministros de gas a Ucrania y algunos países europeos demostró que Gazprom, en términos políticos, se subordina al Kremlin y, en esa medida, pone en entredicho su credibilidad como vendedor fiable de gas, afirma el diplomático.

Gazprom se maneja con poca transparencia, lo cual deja un amplio margen para la corrupción. Relata Beyrle que el auditor de una compañía internacional se tardó dos años en desenredar la madeja de empresas que pertenecen al consorcio, entre otras uno de los principales bancos del país, un importante grupo de medios de comunicación y una gran constructora.

Al margen de su significativa contribución al presupuesto de Rusia, parte de los ingresos que obtiene Gazprom termina, muchas veces, en cuentas bancarias privadas, se utiliza para financiar negocios poco claros o se destina para pagar salarios, comisiones, asesorías y empresas mixtas.

Es difícil –se queja el embajador– concertar citas con los ejecutivos del consorcio y, cuando se logra, además de repetir lo que todo el mundo sabe, hablan de cosas que nada tienen que ver con sus obligaciones como, por ejemplo, el director de Gazprom Export, Aleksandr Medvediev, quien no desaprovecha ocasión de promover una mayor cooperación entre las ligas de hockey sobre hielo de Rusia y Estados Unidos.