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Rostros de la divinidad... fue una de las muestras más concurridas, con 185 mil asistentes

El Museo Nacional de Antropología recibió más de un millón de visitantes en 2010

Aunque cerró el año sin exposiciones internacionales, fue de los recintos más frecuentados

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La imagen es una estampa cotidiana en el Museo Nacional de Antropología, en periodo de clases. En temporada vacacional las salas reciben menos públicoFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de enero de 2011, p. 7

El Museo Nacional de Antropología (MNA), uno de los recintos más visitados del país, recibió en 2010 más de un millón 6 mil personas, pese a que cerró el año sin ninguna exposición internacional, como sucedió en 2009 con Pompeya y una villa romana.

El año pasado, en el recinto de Reforma y Gandhi se presentaron las muestras Moana, Maya Puuc y Rostros de la divinidad: los mosaicos mayas de piedra verde.

Esta última, que concluyó el 30 de noviembre, fue una de las exposiciones más visitadas (con más de 185 mil asistentes); estuvo conformada por 147 piezas prehispánicas, entre ellas un corpus de 13 máscaras funerarias mayas de piedra verde, un pectoral zoomorfo de concha, así como la recreación de la tumba del Rey Pakal.

También estuvo programada la exposición Ciudades antiguas, con la curaduría de Eduardo Matos Moctezuma, la cual finalmente se postergó para principios de 2011. Mientras tanto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia establece negociaciones para muestras provenientes de China e India.

Si se desea conocer la historia mesoamericana, es obligatorio recorrer el MNA, ya que cuenta con un acervo prehispánico que conjunta los objetos más representativos de las civilizaciones prehispánicas y etnográficas del país.

Mediante una serie de maquetas, escenificaciones y reconstrucciones de la tumba del Rey Pakal, el templo de Quetzalcóatl, las pirámides de Teotihuacán, la Gran Tenochtitlán, el Calendario Azteca, las ruinas de Monte Albán, se apreciará el esplendor de diversas culturas.

Por tanto, el principal recinto que custodia el INAH, designado Monumento Artístico en 2010, es una opción para visitar durante las vacaciones y para redescubrir la historia.

Es inevitable que, al llegar a este punto de Reforma, los visitantes miren la gran escultura de Tláloc –deidad del agua, con un peso de 125 toneladas–, símbolo y guardián del museo.

En un día cotidiano, los grupos escolares de educación básica se adueñan del lugar. Transitan por las 23 salas del museo que sintetizan la historia de las diversas culturas, con un guía y la supervisión de sus maestros.

El recinto se transforma en espacio vivo con la presencia de los niños que observan las piezas con detenimiento; a su vez, escuchan con atención la historia referente a esos antiguos objetos.

En contraste, los pequeños formados al final de la fila, juguetean o curiosean alguna vitrina ajena a la explicación del guía. Durante el recorrido, los profesores los mueven en parejas. Al cambiar de sala, los pequeños se toman de la mano para evitar perderse.

En tanto, en la explanada, debajo del torrente de agua que cae de El Paraguas, simbólico elemento arquitectónico, es común observar a varios jóvenes que se mojan y cruzan una y otra vez la cortina líquida que desaparece al hacer contacto con el piso.

Estas son algunas de las estampas cotidianas que se observan en uno de los museos más visitados del país, al que acuden en mayor número los turistas nacionales y extranjeros.

Recorrer el MNA resulta uan experiencia más tranquila en época vacacional. No hay grandes aglomeraciones y cada pieza se puede observar con detenimiento. Los patios y jardines también son opción para la reflexión y el descanso.

En tanto, esperan su turno las salas dedicadas a la arqueología, las cuales se ubican en la planta baja: Culturas Indígenas de México, Poblamiento de América, Teotihuacana, Tolteca, Mexica, Oaxaca, Las culturas del Golfo, Occidente de México, Norte de México.

Mientras en la parte superior del recinto se encuentran las salas etnográficas: Pueblos indios, Etnográfica, Purépecha, Otopames, Oaxaca, Costa del Golfo, Noreste y Nahuas.

De la colección del museo, se encuentra en préstamo Teotihuacán ciudad de los Dioses, que ha tenido éxito en diversos recintos desde que se inauguró en el Parque Fundidora de Monterrey. El mítico acervo se encuentra ahora en el Palacio de las Exposiciones en Roma, donde permanecerá hasta marzo de 2011. Posteriormente se montará en el Museo Etnográfico de Viena (de abril a agosto) y después en el Museo de las Américas de Madrid, de diciembre a marzo de 2012.

La construcción del recinto comenzó en 1963 –durante la gestión de Jaime Torres Bodet en la Secretaría de Educación Pública–; en 1965, una vez terminado y por decreto oficial se destinó también a albergar el Museo Antropológico y Etnográfico, conocido hoy día como Nacional de Antropología.

Entre los servicios que ofrece destacan la biblioteca, auditorios, tienda, módulos de orientación, audioguías y visitas guiadas a grupos, entre otros; además se programan conferencias, talleres, conciertos, lecturas y proyecciones.

El MNA lanzará próximamente su página web, la cual pondrá al alcance de los internautas su valioso acervo.

El recinto se ubica en Paseo de la Reforma y Gandhi; se puede visitar de martes a domingo de 9 a 19 horas. El costo de admisión es de 51 pesos, con entrada gratuita a niños menores de 13 años, estudiantes y maestros con credencial vigente, así como adultos mayores de 60 años, jubilados y pensionados. Los domingos el acceso es libre para el público nacional y para extranjeros residentes en México.