El presidente Felipe Calderón movilizó a todo el gabinete de seguridad nacional para que se aboque a identificar y ubicar a los secuestradores de Diego Fernández de Cevallos, por lo que desde el pasado lunes decenas de efectivos del Ejército Mexicano, la Marina y policías federales peinan por aire y tierra la zona del Bajío del país, donde realizan operativos quirúrgicos, pues, según informes de inteligencia militar, ahí se refugian los plagiarios, revelaron a La Jornada fuentes gubernamentales.

Aunque los funcionarios federales consultados aseguraron que una de las principales hipótesis que sostiene la Procuraduría General de la República (PGR) apunta a grupos subversivos como presuntos responsables de haber plagiado al ex senador, se negaron a revelar el nombre de esas organizaciones armadas, para no entorpecer las investigaciones.

Fiscales que tienen este caso en sus manos citarán al Jefe Diego en las próximas horas para que aporte datos que pudieran contribuir a la pronta captura de sus plagiarios.

Los operativos militares y policiacos para dar con los responsables incluyen los estados de México, Querétaro, Michoacán, Hidalgo y Guanajuato, entidades donde se realizan patrullajes continuos y se sobrevuelan sus regiones montañosas.

El pasado lunes, unas horas después de que se difundiera la noticia de que Fernández de Cevallos había sido liberado, Calderón Hinojosa, mediante un comunicado anunció que se aplicará toda la fuerza de la ley para ubicar y arrestar a los secuestradores.

El propio Diego en conferencia de prensa sostuvo que por lo que respecta a los secuestradores, por su puesto que como hombre de fe ya perdoné, y como ciudadano creo que las autoridades tienen una tarea pendiente, pero sin abuso, sin atropello, sin flagelaciones.

Luego, en otras entrevistas que dio el lunes el político panista sostuvo que su plagio tuvo connotaciones económicas y marcadamente ideológicas.

El llamado Jefe Diego fue privado de su libertad el 14 de mayo pasado cuando llegaba a su rancho La Cabaña, en Querétaro, Permaneció siete meses y seis días en cautiverio.