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Guerra en las favelas
Brasil reduce marginación extrema, pero persiste el hambre
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de noviembre de 2010, p. 3

Río de Janeiro, 26 de noviembre. El informe Seguridad Alimentaria, elaborado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), reveló mejoras en los índices de seguridad alimentaria de Brasil, donde los hogares en condición de miseria extrema pasaron de 7 a 5 por ciento de 2004 a 2009. No obstante, las cifras revelaron que tres de cada diez brasileños aún no tienen acceso a una alimentación adecuada y 11 millones 200 mil brasileños aún enfrentan hambre.

Los hogares sin los alimentos requeridos disminuyeron de 34.9 a 30.2 por ciento. Eso se traduce en que unos 7 millones de brasileños mejoraron su grado de inseguridad alimentaria.

Pese a esto, unos 65 millones 600 mil brasileños no consumen diariamente los alimentos necesarios.

De ese total, 40 millones 10 mil brasileños, equivalentes al 20.9 por ciento, viven en situación de leve inseguridad alimentaria, es decir , admiten que puede faltar dinero para comprar comida. Mientras que 14 millones 300 mil, se hallan en situación moderada y revelaron que debieron restringir el consumo de algunos alimentos en los tres meses anteriores al estudio.

De los que restan, 11 millones 200 mil brasileños pasan privaciones y se encuentran en un estado grave de inseguridad alimentaria, según apunta el informe oficial.

La inseguridad para conseguir alimentos es más fuerte en las empobrecidas regiones del norte y nordeste del país, donde afecta a 40.3 por ciento y 46.1 por ciento, respectivamente.

Marilia Leao, presidenta de Acción Brasileña por la Nutrición y los Derechos Humanos y miembro del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional del gobierno federal, señaló que pese a la mejoría de los indicadores en años recientes, estos datos revelan el problema dramático del hambre que incluye también a menores de edad.

Tenemos que considerar esta situación porque el hambre implicará perjuicios muy grandes en el perfil nutricional y en el desarrollo de los menores y, consecuentemente, en el potencial que esos niños tienen como personas.

En tanto, la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó en su primer discurso tras ganar las elecciones generales, el 31 de octubre pasado, que la prioridad de su gobierno será la erradicación de la miseria en el país.