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León-Portilla recibe de la UdeG su 25 doctorado honoris causa

Si alguien tiene derecho a la atención, esos son los indígenas

Todos somos culpables del atraso de las sociedades autóctonas, acusa

Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 27 de noviembre de 2010, p. 7

Guadalajara, Jal., 26 de noviembre. El doctor Miguel León-Portilla recibió ayer viernes el doctorado honoris causa número 25 en su pródiga trayectoria, de parte de la Universidad de Guadalajara.

Me ha alegrado muchísimo porque soy consciente de lo que significa la UdeG, no solamente aquí en Guadalajara, sino en todo Jalisco y en un sentido más amplio en México, porque viene mucha gente de fuera a estudiar. Soy consciente de que hoy en día es una de las grandes universidades de México, recibir de aquí un doctorado es un enorme honor, dijo al término del acto celebrado en el paraninfo de la universidad, al que acudieron autoridades universitarias encabezadas por el rector Marco Antonio Cortés Guardado y el investigador del Colegio de Jalisco y uno de sus ex alumnos, José María Muriá.

El historiador, escritor, antropólogo, filólogo y filósofo es una de las máximas autoridades sobre los pueblos prehispánicos de México y en ese tema centró la ponencia presentada en el paraninfo, en la cual también habló de su relación con instituciones educativas jaliscienses, como la UdeG y el Colegio de Jalisco.

Mi vinculación con la UdeG y con el Colegio de Jalisco propiciaron que realizara investigaciones sobre algunos temas tocantes a la historia de esta tierra. Aquí en Guadalajara encontré decidido apoyo por parte de ilustres estudiosos jaliscienses, señaló.

Dijo haber encontrado abundante documentación en archivos, así como testimonios recogidos, entre otros, por el cacique cronista indígena Pantécatl y por el franciscano Antonio Tello, lo que hizo que hiciera una investigación acerca de la actuación del caxcán Francisco Tenamaztle, quien se insurreccionó en 1541 contra los abusos de los conquistadores y puso en jaque al gobierno del virrey Antonio de Mendoza.

“Tratando de someter a Tenamaztle, el virrey y asimismo Pedro de Alvarado con otros muchos, emprendieron una lucha en la que no consiguieron vencer al caudillo indígena (…) Perseguido y agobiado, se entregó éste varios años después. Fue entonces deportado como prisionero a España. Ahí, él, que había combatido con sus armas –flechas, dardos y macanas–, prosiguió su lucha, esta vez con argumentos de alcances jurídicos en Valladolid de España. Ahí se encontró con fray Bartolomé de las Casas y, juntos, se enfrentaron al Consejo de Indias exponiendo con lógica irrefutable la justicia de su levantamiento y exigiendo respeto a los indios. Terminó su exposición con las palabras en náhuatl: ca nelli tlahzocamati ihuan miec (en verdad, muchas gracias).

Rezago indígena

En entrevista posterior, dijo que se requiere verdadera atención, porque hay 12 o 13 millones de indígenas marginados, la mayoría sin luz, drenaje, agua, comunicaciones, escuelas o salud. Esto sigue, está vigente en México, lo cual debe ser un clamor porque si alguien tiene derecho a esa atención es la gente originaria.

–¿Dónde identifica mayor grado de marginación de los pueblos indígenas del país?

–En la mixteca, en Chiapas con los tzeltales, tzotziles, tojolabales, los mame, por ejemplo, también en el valle del Mezquital los otomíes, en la zona totonaca también. En muchos lugares, los tarahumaras tampoco están en jauja en Chihuahua, en muchos lugares del país subsiste esa marginación.

–¿Y algunos otros habrán podido superar ese grado marginal?

–Claro, en el istmo de Tehuantepec hay zapotecos, la mayoría mestizos, pero que mantienen su lengua y cultura. Yo le dirigí la tesis a uno de ellos que se llama Víctor de la Cruz y tiene doctorado en la UNAM, gente que ha defendido su lengua, su manera de ser y que son como de clase media, vamos a decir. Otros grupos en el sur del DF, en la delegación de Milpa Alta, gente que todavía conserva el náhuatl y algunos elementos de la cultura indígena, pero que ya son personas que a lo mejor trabajan en bufetes de abogados, cada vez hay más profesionistas.

–¿De quién es la responsabilidad por esta marginación?

–De todos, de los medios también. Yo he estado leyendo en La Jornada denuncias, por ejemplo, de la mujer mazateca que llega a un pueblo en el estado de Misisipi, va a dar a luz acompañada de un hermano que sabía algo de inglés, pero no lo dejan entrar. Ella tiene al bebé, y como no tenía papeles, los jueces determinan que no podía hacerse cargo de la educación del niño, se lo quitan y lo adoptan estunidenses.

–Las leyes dan ese reconocimiento de igualdad desde hace mucho ¿qué falta para que se dé en los hechos?

–La Constitución, reformada en su artículo segundo, dice que la nación mexicana se funda en su carácter pluricultural, pero tardamos mucho en darnos cuenta de eso, es como si usted mañana abre la puerta y dice: ‘Ah caray, mira que hay sol’. Urge que los principios que reconoce la Carta Magna se traduzcan en información de carácter jurídico y prescriptivo, en los diversos ordenamientos como educación, salud, comunicaciones, de tal manera que no sea una cosa en el aire.