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El primer bailarín del ABT vino a México para actuar en el espectáculo Carmina Burana

Dejaré la danza clásica para incursionar en la vertiente contemporánea, dice Carreño

Hace unos días se presentó en La Habana para celebrar a Alicia Alonso por sus 90 años

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José Manuel Carreño en La Habana, el pasado 3 de noviembre, durante el homenaje que el American Ballet Theatre rindió a la coreógrafa Alicia Alonso con motivo de los 90 años de la fundadora del Ballet Nacional de CubaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de noviembre de 2010, p. 4

Con 25 años de experiencia profesional en danza clásica y tres lustros de ocupar el sitio de bailarín principal del reconocido American Ballet Theatre (BT), de Nueva York, el destacado intérprete cubano José Manuel Carreño (La Habana, 1968) se aleja de la danza clásica para incursionar en la vertiente contemporánea.

Carreño comenzó a bailar a la edad de 10 años y recibió su formación en la Escuela Provincial de Ballet y la Escuela del Ballet Nacional de Cuba. Ganó la medalla de oro en el Concurso de Ballet Internacional de Nueva York en 1987 y el Gran Premio en el Concurso Internacional de Ballet en Jackson, Mississippi en 1990.

El bailarín se ha presentado en los más importantes escenarios de Europa, América Latina y Estados Unidos, interpretando papeles como Franz en Coppélia, Basilio, en don Quijote, Albrecht, en Giselle, y el príncipe Sigfrido en El lago de los cisnes.

Ha sido bailarín principal del Ballet Nacional Inglés en 1990, del Royal Ballet, en 1993 y del American Ballet Theater a partir de 1995. En 2004 Carreño recibió el Premio Revista de Danza por sus significativas contribuciones a esa disciplina artística.

Recientemente pudo ver cumplido uno de sus sueños más anhelados: bailar en La Habana, con el American Ballet Theater –compañía que no se presentaba en Cuba desde hacía 50 años–, para rendir homenaje a Alicia Alonso por sus 90 años.

Un eslabón más

En charla con La Jornada, en el contexto de su presentación en México, Carreño comentó que a partir del 30 de junio de 2011 dejará de formar parte del American Ballet Theatre. “Me despido de la compañía después de 15 años para pasar a ser un agente libre.

“Eso me ofrecerá la oportunidad de experimentar otras cosas, como incursionar en la danza contemporánea. Este cambio lo veo como un eslabón más en mi carrera. Tengo la mente abierta en el caso de que se presente la oportunidad de hacer algo, por ejemplo, en Broadway.

Cuando estás contratado por una compañía, tienes por ejemplo que hacer 10 ballet, te gusten más unos que otros, pero se tienen que hacer. Ahora, después de 25 años de carrera, durante los cuales he tenido la oportunidad de trabajar con coreógrafos como George Balanchine, Jerome Robbins, Michel Fokine, Jirí Kylían; quiero tener la oportunidad de decidir y hacer lo que me gusta.

Hoy día, manifiesta el intérprete, existe el bailarín clásico y el moderno. Soy de los que piensan que un bailarín clásico, con bases sólidas, puede hacer cualquier cosa. No sé si un bailarín moderno pueda decir lo mismo y transitar a la danza clásica.

Por segundo año consecutivo, Carreño actuará en Carmina Burana, espectáculo en el que también participa la reconocida bailarina Tamara Rojo, estrella del Royal Ballet de Londres, acompañados por la Orquesta y el Coro Internacional de las Artes, bajo la batuta del director alemán Leo Krämer.

Para Carreño la interpretación de Carmina Burana hasta ahora sigue siendo un reto, debido a que se trata de danza contemporánea y mi formación es de danza clásica. Es un reto porque estoy acostumbrado a hacer los grandes clásicos.

Como bailarín, para Carreño lo más importante, más allá de la técnica, es poder adentrarse emocionalmente en el personaje que se debe interpretar. “Buscar la forma de proyectarme hacia el público y ver su reacción. Hay una gran diferencia entre ser un bailarín o un artista. El primero es aquel que lo ves bailar y hacer pasos aprendidos en la academia, un artista es aquel que terminas de verlo y sales del teatro emocionado.

Esta carrera es muy esclava y sacrificada, vivimos como gitanos, bailando un día aquí y otro allá. Sin embargo, es lo que uno ama, además es fundamental la disciplina, la cual al final siempre recompensa. En cierta forma un bailarín es un atleta sin mostrar que lo es, concluye.

Con más de 200 artistas en escena, entre la orquesta, el coro y los bailarines, complementados con proyecciones en video, Carmina Burana fue uno de los espectáculos ganadores en la entrega de las Lunas 2009. Se ofrecen sólo dos funciones.

El 21 de noviembre se presentó en Guadalajara y el domingo 28 lo hará en el Auditorio Nacional de la ciudad de México.