Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 14 de noviembre de 2010 Num: 819

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Dos estampas
AURA MARTÍNEZ

Dos poemas
YANNIS DALAS

Alí Chumacero, lector y poeta
JOSÉ ÁNGEL LEYVA entrevista con ALÍ CHUMACERO

La herencia del poeta
NEFTALÍ CORIA

En contadas palabras, Alí
RICARDO YÁÑEZ

El guía de los escritores noveles
RICARDO VENEGAS

Dilma y las manos de Danielson
HERNÁN GÓMEZ BRUERA

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

La otra escena
MIGUEL ÁNGEL QUEMAIN

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Alonso Arreola
[email protected]

Jorge Federico Osorio, enorme

Desafortunadamente, el virtuoso pianista ruso Boris Berezovsky canceló por motivos de salud no sólo su participación en el último Festival Cervantino, sino también su colaboración con la OFUNAM en lo que sería la presentación del Concierto para piano no. 1, de Tchaikovsky. Sin embargo, afortunadamente, el encargado de suplirlo el día 24 de octubre en la Sala Neza fue Jorge Federico Osorio, quien se lanzó al ruedo para regalar una excepcional interpretación del Concierto para piano no. 5, de Beethoven, pieza también conocida como Emperador, ante una sala pletórica que se rindió a sus manos.

Apenas unas semanas antes, Osorio había interpretado la misma obra en Nueva Orleáns, ante la Filarmónica de Luisiana dirigida por Carlos Miguel Prieto. Asimismo, acababa de presentar Todo Chopin en el Cervantino y a Ponce en Aguascalientes, y preparaba sus visitas a Dallas, Coahuila y Madrid para repetir a Ponce y añadir a Schumann, de noviembre a diciembre. O sea que, entre festivales y salas de México, Estados Unidos y Europa, el nacido en el Distrito Federal abordará este otoño a cuatro compositores señeros, confirmando la estatura de sus ejecuciones en un mundo pianístico normalmente dominado por músicos de otras latitudes.

Diremos entonces que Osorio es parte de ese selecto grupo de músicos a quienes, gracias a su gran capacidad física, la técnica importa sólo al servicio de una construcción sentimental y psicológica, más no como fin en sí misma. Objetivo elemental que muchos dicen perseguir y conseguir, lograrlo requiere dar por sentado el virtuosismo, relajadamente, para lanzarse a la exploración de las partituras desde una perspectiva independiente de su complejidad mecánica. Deslizarse con limpieza y dinámica sobre el teclado no es ya la meta última y suficiente, como sucede a la mayoría de quienes abordan a Beethoven, Bach, Chopin, Tchaikovsky o Schumann, sino sólo el vehículo para una postura interpretativa que permita personalidad, estilo, claridad. Tal es el logro del mexicano, quien sobre todo manipula el tiempo (ritmo, silencio, fraseo) de forma excepcional.

Lleno de retos y con una estructura que incomoda a la memoria, el concierto Emperador, de Beethoven, es un pretexto ideal para descubrir lo mejor de un pianista cuya trayectoria es insoslayable en el contexto global. Con estudios en México, París, Moscú, Nueva York e Italia, Jorge Federico Osorio ha ganado premios y aplausos recorriendo el planeta, contribuyendo con una ejecución ciertamente latina, enérgica y de brío, pero que refresca la tradición respetuosamente, reavivando al repertorio, ofreciéndole presente y futuro. Así se le puede escuchar en más de treinta discos y recopilaciones entre las que destacan algunas para la NHK de Japón, la Radio Belga y la BBC londinense.

Con ello, su inesperada aparición aquel domingo de octubre en sustitución de Berezovsky fue un regalo de la suerte. Así lo sintieron la sala entera y él mismo, pues finalmente regaló como encore un bello coral de Bach, atentamente observado por el animado director huésped principal Moshe Atzmon, quien asumió el triple encargo de dirigir a Beethoven, Stravinsky y Tchaikovsky, sobresaliendo en su especialidad: los alientos. Cornista antes que nada, el nacido en Hungría inauguró el mediodía con el concierto las Sinfonías para instrumentos de aliento, de Stravinsky, dedicadas a la memoria de Claude Debussy, con las cuales el gran innovador ruso deseaba presentar su respetos al amigo y al genio desaparecido, pero desde una perspectiva experimental, tan empática como personal. Con un ensamble reducido, esta breve composición sonó bien, revelando la doble cualidad de un lenguaje que, sin el cobijo de las cuerdas, puede ser cálido sin abandonar la introspección.

Casi al cierre de su segunda temporada, la OFUNAM presenta hoy obras de Corigliano y Revueltas, así como el estreno mundial de Águila real, composición de Leonardo Coral comisionada por la unam para celebrar el bicentenario de la Independencia. Al frente estará dirigiendo el huésped Bojan Sudic y en el violín sonará Sebastian Kwapisz. Ya para el domingo 5 de diciembre, Moshe Atzmon retomará la batuta y, con Sergej Krylov en el violín, abordará a Mendelssohn y Berlioz, así como el estreno mundial de Salón calavera, original de Jorge Torres, composición también comisionada pero para conmemorar el centenario de la Revolución.