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Se han reducido los festejos religiosos y las limosnas

La ola de violencia ha afectado los ingresos de la Iglesia, afirma la CEM
Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 12 de noviembre de 2010, p. 12

Lago de Guadalupe, Méx., 11 de noviembre. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) sostuvo que la escalada de violencia ha hecho mella en las finanzas de la Iglesia católica. Víctor René Rodríguez Gómez, secretario general del organismo, aseveró que ha afectado las fiestas patronales y las celebraciones religiosas vespertinas, a lo cual se suma la huida de fieles de las comunidades acechadas por el crimen organizado.

Se han visto afectadas “todas las reuniones de grupo, las fiestas patronales de los pueblos (…) y, sobre todo, las celebraciones vespertinas o las que se efectúan por la noche, especialmente en el norte del país. Al haber menos participación y número de celebraciones se han visto afectados los ingresos que aportan los fieles, de los cuales se sostienen parroquias y diócesis”, indicó.

En conferencia de prensa realizada durante la 90 asamblea plenaria de la CEM, el también obispo auxiliar de Texcoco sostuvo que eso no significa que la Iglesia o las diócesis estén en quiebra técnica.

Subrayó que lo que más preocupa a la institución es la seguridad del pueblo, no la disminución de aportaciones de los feligreses, porque podemos celebrar la eucaristía debajo de un árbol o de un toldo de lona.

Acompañado por los obispos Lucas Martínez Lara, de Matehuala, y Rutilo Muñoz Zamora, de Coatzacoalcos, Rodríguez Gómez dijo que la CEM se solidariza con el pueblo que sufre por la violencia y que ante el clima de inseguridad la Iglesia es compañera de la misma desventura. Vamos llevando también la misma carga, la misma cruz cada día, comentó.

Lamentó que a la migración por hambre se sume ahora la migración por inseguridad, la cual, agregó, es consecuencia lógica, porque los ciudadanos se están viendo cada vez más amenazados; se trata de un movimiento de conservación de la integridad, de buscar lugares más seguros.

Dijo que hay quienes se tienen que desplazar porque su negocio ya no puede seguir funcionando en un entorno de violencia.

Al preguntarle sobre lo expresado por el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, de que los sacerdotes que son víctimas de amenazas o extorsiones del crimen organizado temen denunciarlo pues no hay certeza de que no exista complicidad, Rodríguez Gómez recordó que los obispos señalaron a principios de este año la crisis de legalidad que existe, particularmente, en el sistema de impartición de justicia.