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La tercera edición de La suerte de la consorte será presentada en la FIL de Guadalajara

Sefchovich explora la vida de las esposas de los gobernantes para entender a México
Foto
Sara Sefchovich durante la entrevistaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de noviembre de 2010, p. 7

Quiénes son y qué hicieron las esposas de los gobernantes de México. Sus biografías en contexto con la historia política, social y cultural del país se encuentran en las más de 500 páginas de La suerte de la consorte, libro de Sara Sefchovich que llega a la tercera edición, corregida y aumentada, además de las numerosas reimpresiones que se han hecho desde su aparición en 1999.

–Es el otro lado de la historia.

–Sí, definitivamente. En todos mis libros, desde el primero que escribí hace 25 años, lo que me importa es entender a México desde una perspectiva que llamo, a falta de mejor nombre, cultural, es decir, que incluye ver qué pasa en la economía, la sociedad, la política, la forma de vida de las personas; cómo lo que comes, lo que vistes, la escuela de tus hijos, todo forma parte de esta perspectiva. Además, está mi trabajo de feminista.

Elegir un tema como éste me permite dar una visión general en todo ese sentido histórico, cultural, social del país; dar una perspectiva de cómo viven todas las mujeres su vida cotidiana en México y ponerle nombre y apellido a una persona como encarnación, no representación, de un momento cultural y social que de alguna manera responde a lo que es la posibilidad de las mujeres en ese momento, expresa la investigadora y escritora en entrevista.

Biografía para miles de mujeres

La nueva edición de La suerte de la consorte (Océano), que se presentará en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Sefchovich, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, presenta una biografía mínima de las mujeres que a lo largo de 500 años han acompañado a los gobernantes mexicanos, desde virreyes hasta emperadores y presidentes, pero al mismo tiempo es la biografía de las que vivieron ese periodo.

Aunque parezca que la esposa del presidente tiene una biografía diferente, no es cierto; finalmente somos miles y miles de mujeres que con éste o aquel cambio tenemos una misma biografía.

–Además del cambio en el poder, es un libro acerca de la evolución de la mujer.

–Es acerca de la evolución: no es lo mismo ser mujer hace cien años que serlo hoy, pero también hay cosas que no cambian, como la función esencial de la mujer. Atender y encargarse del hogar y la familia permanece, que tengamos otro tipo de ayuda como tecnología –una lavadora o una licuadora– te hace la vida más fácil de lo que significaba en el siglo XVI, pero alguien tiene que echar el agua a la lavadora y traer el jitomate que va a entrar en la licuadora, no se hace solo.

El de la primera dama es así un reflejo de esos cambios y esa permanencia. “Ese papel, aunque parezca el mismo, se ha modificado, entonces no es lo mismo hablar de la esposa de un presidente en el siglo XIX, que a principios del siglo XX o en la actualidad.

En el siglo XIX las señoras no existían, de hecho era al revés: cuando el marido tenía el cargo ellas tenían que desaparecer del mapa, con excepción de las que fueron como las reinas de México, Carlota y Carmelita Romero (que aunque fuera republicana, parecía una reina con lo que hacía) y no solo no desapareció sino que llevó la caridad cristiana muy típica del siglo XIX a un nivel más amplio, creando casas para que las obreras pudieran dejar a sus hijos mientras trabajaban, o centros de apoyo a niños y mujeres, pocos para las necesidades de un país como México, pero era un principio.

Las cónyuges de los presidentes tienen una carga simbólica, porque son de algún modo las que llevan a la escena pública lo que cualquier mujer hace en su casa; a ti te toca como mujer en tu trabajo de género, independientemente de lo que hagas en esta vida, cuidar el hogar, los enfermos, los niños, los viejos y eso es lo que ellas hacen a escala nacional, en mayor o menor medida, pero lo han hecho siempre.

La de la primera dama es una figura que aunque no existe oficialmente, no hay ninguna legalidad, ninguna jurisprudencia que lo diga, tampoco se puede zafar de hacerlo, particularmente después de la Revolución.

Nos falta un concepto de futuro

Sefchovich, autora de País de mentiras y de la novela Demasiado amor, entre otros libros y ensayos, indica que no es posible decir cómo debería ser la esposa de un presidente, porque “cada una de ellas pertenece a un momento histórico y a una cultura muy clara de lo que es y puede ser la vida de las mujeres.

“Más que decir lo que debe ser, puedo señalar que cada una de estas mujeres ha sido producto de lo que su tiempo les permitió ser. Habrá siempre alguien que sea un poquitín más de vanguardia, pero no podemos ir más allá de lo que es la época.

“No podemos decir cómo debe ser si no sabemos hacia dónde va a evolucionar una sociedad; cuando decimos: ‘México no sabemos hacia dónde va’, no es un lugar común, es una frase real por la situación del país. Brasil sabe cómo va su economía y sabe que haya el presidente que sea ese tren lleva cierto camino. Nosotros no podemos saberlo y si no tenemos un concepto de futuro cómo sabremos hacia dónde caminaría la Presidencia y el papel de las señoras.”