Economía
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Las voces del descontento
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de noviembre de 2010, p. 24

París, 6 de noviembre. El alargamiento de las cotizaciones en dos años para obtener el prerretiro o el retiro arrojó a la calle en Francia a miles de manifestantes por enésima vez en un par de meses. Cierto es que la concurrencia bajó de 3 millones el 23 de septiembre a 2 millones el 2 de octubre y a más de un millón tanto el 28 de octubre como este 6 de noviembre.

Independientemente de la necesidad mediática del pueblo movilizado y el gobierno cuestionado, es interesante saber cómo operan los métodos de cálculo de la policía y los de los organizadores para que se den cifras tan extremas. Un reportaje aparecido en el diario gratuito 20 minutes (primero en número de lectores de Francia) relata cómo presenció una demostración del conteo que la policía realiza cuando, el 16 de julio pasado, contó 22 mil 800 manifestantes en un contingente del grupo trotskista Fuerza Obrera (FO) mientras que la propia FO reportó más de 70 mil. El método utilizado por la primera fue situarse en las alturas de un edificio (a veces lo hacen desde un helicóptero), desde donde se traza una línea imaginaria y se aprieta el botón de un contador cada vez que la cruza una fila calculada con un promedio de 10 personas. Por su parte, los observadores sindicales, normalmente ubicados al nivel de la calle con su propio contador, aprietan el botón al paso de cada fila calculada entre 20 y 25 personas (a razón de entre una y 1.2 persona por metro cuadrado) incluidas las cadenas de orden y gente que se detiene sobre la acera para reintegrarse a la marcha, terminando por comparar una evaluación de la densidad y la velocidad del cortejo. Esta corresponsal ha podido observar que las filas suelen tener entre 18 y 22 personas y que, en efecto, siempre hay quienes se detienen en la acera con pancartas o para repartir volantes.

Un dirigente de la Confederacion General de Trabajadores (CGT) mayoritaria y de histórica tendencia comunista responde a una pregunta de La Jornada: “Si la movilización tiene todavia sentido, aunque Sarkozy (Nicolás Sarkozy, presidente de Francia) promulgue la nueva ley del retiro, porque ya hemos ganado algunos puntos, como su revisión en 2013… pero sobre todo porque el descontento abarca toda la política antisocial del gobierno, una política de derecha sólo comparable a la del gobierno de Vichy (durante la Segunda Guerra Mundial). No se detendrán las movilizaciones…

¿Cree que se convertiran en algo parecido al 68?

“La situación mundial es muy distinta, la globalización resta independencia a las soberanías y un movimiento como el del 68 se dio en marcos nacionales aunque coincidentes en algunas partes. Sí, la lucha debe ser mundial, pero con una organización distinta. Hasta los socialistas lo comprenden hoy y no van a seguir a los de la CFDT (sindicato centrista) en caso de ruptura de la intersindical …”

¿Lo dice porque el socialismo europeo de los últimos decenios fue muy tibio, incluido el de Miterrand?

Por supuesto, por eso ahora la izquierda entendió que debe ir más lejos en propuestas, ser más radical y más unida, eso quiere la gente…

Nuestro entrevistado se aleja con su contingente y nosotros por la acera, de pronto nos alcanza corriendo: “Escriba en su periódico que América Latina es la esperanza del mundo, gente como Lula, Evo, los zapatistas…, como los europeos somos viejos, el cambio se dará primero en América Latina, los europeos la seguiremos y luego seguirá África.”

Más adelante, un alcalde socialista con su banda tricolor cruzada en el pecho responde a La Jornada: En el 2012 los franceses rechazarán a Sarkozy y el nuevo gobierno echará abajo la reforma al retiro. Y un manifestante dice: “Soy clase media no alta. He visto caer una a una las conquistas sociales por las que luché: ahora se cobran franquicias en las medicinas, el seguro social ya no cubre a todo mundo, hay una pobreza alimentaria que no se veía desde el fin de la segunda guerra… nos movilizamos aunque sabemos que Sarkozy no cederá, es su carácter, es presidente y preside, pero a la vez gobierna en vez del primer ministro, lo que es seguro es que no será reelecto con 70 por ciento de los franceses en contra. Por eso no dejaremos de movilizarnos”.