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Se precipitó a tierra como una bola de fuego y con gran estruendo, señalan testigos

Investiga una comisión gubernamental las causas de la caída del avión cubano

Primero hubo una gran combustión del aparato y luego pequeñas explosiones: fiscal Rolando Díaz

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Restos del avión que cayó cerca de GuasimalFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 6 de noviembre de 2010, p. 19

La Habana, 5 de noviembre. Todos los pasajeros del avión que cayó a tierra el jueves quedaron en sus asientos, la mayoría de los cadáveres están calcinados y ya fue localizada la caja negra del aparato de Aerocaribbean, según reportes de prensa de la provincia de Sancti Spíritus, en el centro de Cuba.

Con base en un informe que recibió de la cancillería cubana, el embajador de México, Gabriel Jiménez Remus, dijo a La Jornada que las autoridades estaban trasladando esta noche los cuerpos de las víctimas al Instituto de Medicina Legal (servicio forense) en La Habana, para su identificación.

Un funcionario mexicano de protección consular estuvo en el lugar del desastre desde la madrugada del viernes, para seguir de cerca el rescate de los cuerpos de los connacionales que iban en la nave, informó el diplomático. Según los datos que tenía, el embajador calculó que los cadáveres estarían llegando a la capital cerca de la medianoche del viernes.

Al parecer a los pasajeros no les dio tiempo a nada porque los cadáveres se quemaron sobre los propios asientos y ese hecho puede ayudar a la identificación de los cuerpos, conjeturó el fiscal jefe provincial, Rolando Díaz Vergel, en declaraciones al sitio informativo regional Escambray.

Precisó que todos los cuerpos quedaron calcinados, menos dos que iban en la parte trasera, y que también se localizaron muchos equipajes y algunos restos humanos diseminados en la maleza.

Versiones diversas

Vecinos de la zona relataron a la prensa regional diversas versiones, pero coinciden en que vieron a la nave volando bajo y luego precipitarse a tierra, provocando una bola de fuego y gran estruendo.

Empezó a dar tumbos, como borracho, y a bajar rápidamente y se fue pegando al suelo hasta que sentí la explosión, dijo José Marín, vecino de La Vanguardia, un asentamiento agrícola a dos kilómetros de donde cayó el aparato. Todo estaba en calma, no había viento, ni el molino se movía.

Otro habitante del lugar, Lisvanys Pérez, le contó a Escambray que las llamas eran de color amarillo fuerte y después todo se ponía blanco, como si fuera de día; se sentía el olor de la carne quemada, pero no vi ningún cadáver, sólo una maleta, con el carné del pasajero y su perfume.

La explicación de Díaz Vergel es que hubo primero una gran combustión y luego pequeñas explosiones. El fiscal narró que los vecinos reaccionaron rápidamente, avisaron a las autoridades y se desplazaron a la zona del desastre para intentar auxiliar en algo.

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El líder del Partido Comunista de Sancti Spíritus, en el lugar donde cayó el aparatoFoto Ap

El avión cayó de panza, primero se le desprendió el timón trasero, uno de los tres tipos de controles de esos aviones, que va cerca de la cola. Las alas, el cuerpo central y los motores están quemados. Algunas partes, como la cola, se calcinaron menos, dijo.

Aquí no había mal tiempo, subrayó Díaz Vergel, aludiendo al avance del huracán Tomás, que el jueves a la hora del percance todavía era tormenta tropical, pero ya lanzaba rachas de aguaceros y viento de avanzada hacia el extremo oriental de Cuba.

Donde cayó el avión es territorio llano, pero de acceso muy difícil, con mucha maleza, mucho marabú, relató un redactor de noticias de Radio Sancti Spíritus, refiriéndose a una planta silvestre muy espinosa y de madera dura. A la medianoche vehículos de extinción de incendios no habían podido llegar y a la una de la mañana el avión seguía ardiendo.

Una comisión gubernamental investiga las causas del suceso, según el informe de la víspera del Instituto de Aviación Civil de Cuba (IACC). La prensa regional reportó que grupos de la Cruz Roja, los bomberos, las fuerzas armadas y el Ministerio del Interior trabajaron desde la noche del jueves, incluso con maquinaria pesada. Se trataba al mismo tiempo de abrir brechas entre la maleza, apagar el fuego y emprender la búsqueda de los cadáveres.

El ATR-72-212, de fabricación ítalo-francesa, quedó a unos tres kilómetros de la carretera más próxima, donde está el poblado de Guasimal, y a 30 kilómetros del casco urbano de Sancti Spíritus, la capital de la provincia.

El IACC informó que murieron 68 personas: 40 cubanos y 28 extranjeros (nueve argentinos, siete mexicanos, tres holandeses, dos alemanes, dos austriacos, un español, un francés, un italiano, un japonés y un venezolano).

Sin embargo, una fuente diplomática precisó que el italiano se nacionalizó y residía en Argentina, por lo que son 10 los ciudadanos de ese país fallecidos.

Aerocaribbean es una subsidiaria de Cubana de Aviación. Cubre rutas dentro de la isla y viaja también a Haití, Honduras, Nicaragua y República Dominicana. En su flota tiene otros ATR (72-210 y 72-300), aparatos rusos Iliushin y Yak y brasileños Embraer.