Sanaa, 2 de noviembre. El gobierno de Yemen emprendió una operación militar y de inteligencia a gran escala contra los presuntos extremistas islámicos más buscados en el país, entre los que se pretende capturar a un sospechoso saudita de Al Qaeda acusado de estar detrás de un frustrado complot con bombas contra algunos lugares de Estados Unidos.

El despliegue de tropas en las provincias de Maarib y Shabwa tiene como objetivo central la captura del miliciano saudiárabe Ibrahim Hasam Asiri, presunto fabricante de los paquetes bomba localizados hace cuatro días en aviones cuyo destino era Estados Unidos, que se enmarca en fuertes presiones de Washington a la nación musulmana.

Otro de los hombres más buscados es el predicador extremista nacido en Estados Unidos Anwar Awlaki, de origen yemenita. Esta persona comenzó a ser juzgada en ausencia en Yemen por un tribunal especializado en asuntos terroristas, acusado de incitación al asesinato de ciudadanos occidentales y de integrantes de los servicios de seguridad.

En tanto, supuestos miembros de red fundamentalista Al Qaeda volaron un oleoducto operado por una compañía sudcoreana en el sur de Yemen. El impacto del atentado en las exportaciones del pequeño país productor de petróleo aún no estaba claro, pero se dijo que tras la explosión no se reportaron víctimas.

Sin embargo, la compañía de momento no pudo confirmar la causa del estallido.