Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 24 de octubre de 2010 Num: 816

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Los ajustes
(farsa damasquina)

JUAN TOVAR

Roque Dalton vuelve a morir
MIGUEL HUEZO MIXCO

Roque Dalton la fuerza
literaria del compromiso

XABIER F. CORONADO

Poema (fragmento)
ROQUE DALTON

Sonetos para Tongolele
RUBÉN BONIFAZ NUÑO

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Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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EL ALMA DESNUDA

JOCHY HERRERA


Breve diccionario clínico del alma,
Jesús Ramírez Bermúdez,
Debate,
España, 2010.

El hogar del alma, no entidad divina sino sinónimo de espíritu y pensamiento, ha viajado desde el hígado de los arúspices y el corazón aristotélico hasta el cerebro de René Descartes. Aristóteles cuestionó si el corazón era el centro vital y la medicina temprana lo corroboró con la concepción de los humores, fluidos portadores de las emociones. El siglo XVII despoja al corazón de lo espiritual al adjudicar su origen a la glándula pineal, receptáculo de las emociones transportadas por la sangre según el discurso cartesiano. Tal encrucijada representó para algunos “la transición del mundo del alma al del experimento; la diferencia entre antigüedad y modernidad que definió el más importante cambio intelectual de la historia”. Hoy, los cardiólogos hablamos del “corazón-cerebro”, eje conector de ambos órganos, mientras neurofisiólogos indican que no hay “alma”, que ésta es sólo una expresión bioquímica encefálica.

La psiquiatría parecería estar destinada a reubicar el alma, ya que domina la conducta y la “corrección” de sus variantes “patológicas”. Ha otorgado al cerebro la noblísima tarea de integrar la faz anatómica del órgano-tejido al pensamiento-ser, es decir, la conjugación del alma con la realidad del sujeto. Desde los sacerdotes babilónicos, las descripciones hipocráticas de los trastornos mentales, la demonología del Malleus maleficarum hasta la liberación de los enfermos encadenados gracias a Philippe Pinel en 1793 y tras la “Tercera revolución psiquiátrica” de Kraepelin y Freud, la más joven especialidad médica luce robustecida intentando aliviar pacientes a través de un “diálogo entre la mitología del alma y los relatos de su desintegración”, de acuerdo con Jesús Ramírez-Bermúdez.

En Breve diccionario clínico del alma, Ramírez-Bermúdez entrega una obra de difícil clasificación –ensayo clínico– a su parecer, que parte de la sala hospitalaria hacia los confines del pensamiento y sus ramificaciones sociales, filosóficas y escatológicas, caracterizando los desórdenes psíquicos: “Encuentro un cerebro herido, y sólo en estas circunstancias cobra sentido práctico la idea de un órgano del alma, pues la materia y el espíritu enferman por las mismas causas, y la figura de este movimiento unifica, o quizá trasciende las guerras epistemológicas entre los dominios de la materia y los del arquetipo.” Y medita sobre su rol ante el “enfermo mental”: ¿quizás el de “proceder como un epistemólogo incorruptible y cuestionar el conocimiento de lo real, exponer sus relatividades y sus desaciertos? O al contrario, ¿olvidar los ‘peligros de la sensatez’ y aceptar con humildad el dictamen llano según el cual esta persona sencillamente ha perdido la razón [...], aunque conozca de antemano el fracaso de cualquier imagen totalitaria de lo real?”

Este médico no dicta ni convence, ante la falta de respuestas, inquiere: “¿es posible acaso entender la psique sin penetrar en esa contradicción entrañable a la que llamamos vida y entender ambos misterios sin saber lo que significa perderlos?” A través de la esquizofrenia, la paranoia y los síndromes de mala identificación delirante, el Breve diccionario... desnuda poéticamente las profundidades del sujeto. Desde el teatro profesional nos transporta de la fantasía y los sueños a la cotidianidad, y en la batalla cuerpo-alma del ejercicio psiquiátrico su autor no sólo sacude la naturaleza del hecho onírico, sino que él mismo, de nuevo, se confiesa genialmente vacilante: “Olvido entonces la certeza sobre el sitio del alma en el cuerpo, y me pregunto lo contrario: ¿en qué parte del alma se encuentra el cuerpo delirante de mis pacientes?”

El conocimiento filosófico y la agudeza literaria brillan en el capítulo dedicado a la discusión del libro, una monografía que recordará a Montaigne, la ciencia ficción y Foucault. Así, las memorias del niño soñador y las disquisiciones del joven doctor se entrecruzan en este Breve diccionario clínico del alma a tono de confesión y con finísima calidad ensayística. Francisco González-Crussí, humanista par excellence, se alegra de cómo el autor ha recordado “que el alma se somete a las leyes que rigen la sustancia viva y que las actividades del espíritu están en relación de estrecha dependencia con los fenómenos fisiológicos”. No es por otra razón que el padre de la neurofísica Santiago Ramón y Cajal, fascinado por la organización del tejido cerebral, apodó a las células piramidales de la corteza “las misteriosas mariposas del alma”.


TEXTOS BREVES O BREVEDADES

RAÚL OLVERA MIJARES


El libro de la imaginación,
Edmundo Valadés,
FCE,
México, 2009.

De reciente acuñación en el ámbito hispánico, el término brevedades parece prometer por neutro y comprensivo. En él, sin discriminación de géneros ni tasas de vocablos, caben todas las piezas breves con intención literaria, tanto en tonos mayores como menores, derivadas de precedentes ilustres o bien salidas de la ocurrencia popular. El poco tiempo, tanto para leer como para escribir, que priva hoy sería, hasta cierto punto, la causa de la proliferación de este tipo de textos. De hecho, a manera de breves notas, no han aparecido de reciente. Como células autónomas de un corpus, los versos sentenciosos, las definiciones, las jaculatorias, los cuentos divertidos son tan antiguos como los más vetustos testimonios literarios de que se tenga noticia en la historia. En achaques de pensamiento, por ejemplo, hoy puede sorprender que el grueso de las obras de Ludwig Wittgenstein estén escritas en forma de frases breves o Sätze.

Interesante resulta el ejercicio que como antologador realizara Edmundo Valadés en El libro de la imaginación, un muestrario de piezas cortas, concebidas como tales o bien entresacadas de otras mayores. El criterio de agrupación de los textos fueron los temas (de amor, sobre mujeres, retozos, inapelablaciones, del averno, la muerte y otros). Los autores van desde Plutarco, Lactancio, Aulo Gelio, Luciano de Samosata, pasando por los árabes, los chinos y los indios, hasta llegar a Kafka, Jacob, Renard, Cocteau, Thomas Mann, para rematar con Arreola, Monterroso, Tario, Novo y, en fin, Borges, Cortázar, Gómez de la Serna, entre otros autores hispanos y anglosajones.

Varias cosas son objetables: los criterios de selección, clasificación y aun la definición misma del texto breve. Es evidente que, intentada hace 150 o doscientos años, una antología de este género no podía contener más que textos extractados. En los últimos cien años, no obstante, han surgido suficientes textos breves, concebidos desde un inicio con ese carácter, como para ser objeto de selección. Valadés, además, incluye un par de piezas de cuño propio, las cuales sorprenden por su estilo cuajado y tono definitivo, aunque no ciertamente final redondo, en agudo contraste con aquellos primeros textos de La muerte tiene permiso. La huella de Arreola es indeleble: Valadés se prueba como un buen émulo y continuador del maestro. Más de uno de los textos escogidos acusa la filiación periodística del compilador, vertida más hacia el contenido que hacia la forma (hoy, que paradójicamente muchos de los contenidos han caducado y la actualidad de la selección se ha vuelto dudosa). Es obvio que el gusto particular, las permisiones morales y las referencias comunes de esa koiné moderna, hija del videoclip e internet, han variado. Con todo, la tentativa casi borgiana implícita en el mismo título, El libro de la imaginación, continúa siendo válida y depara al lector no pocas sorpresas.


3.3 DÉCADAS DE LÍRICA JALISCIENSE

RICARDO YÁÑEZ


Muestrario de poetas de Jalisco,
Jorge Orendáin (compilador),
Ayuntamiento de Guadalajara y Gobierno de Jalisco,
México, 2010.

Se trata, según desde el título se indica, de un muestrario de poetas, o con tal vez mayor precisión dicho, de poemas. El compilador invitó a autores que, nacidos o radicados en el estado, consideró representativos de la lírica local, quienes entregaron, cada cual el suyo, los textos a su juicio para el caso más pertinentes. Entiendo –no estoy en condiciones de asegurarlo– que, incluidas las respectivas fichas, como llegó se publica.

Si es verdad que las generaciones se suceden por décadas, acá se recogen tres y un piquito: en retrospectiva, los poetas nacidos en los setenta, los sesenta y los cincuenta, más el pilón: tres de finales de los cuarenta, década que a saber por qué se elude mencionar en las –cierto, breves– presentaciones que anteceden a la de cualquier manera antología.

El espacio vuelve imposible mencionar a todos, pero de la más lejana década nombremos a Arturo Suárez, quien no ha mucho “se nos adelantó”; de los cincuenta, a Raúl Bañuelos, Ricardo Castillo, Jorge Esquinca y Carmen Villoro, todos excelentes; de los sesenta, a Luis Armenta Malpica, Silvia Eugenia Castillero, Ernesto Lumbreras y Laura Solórzano, y de los setenta a Karla Sandomingo, Luis Vicente de Aguinaga y Carlos Vicente Castro. Esta pequeña lista, que bordea la tercera parte de los convocados, sugerirá sin duda al atento lector el nivel general de la muestra.

Obvio, no el nombre, sino el trabajo debe privar y –aun cuando no infrecuente es que los autores se equivoquen al juzgar su propia obra– hasta donde la vista alcanza (ilusorio sería siquiera imaginar que conocemos la totalidad de lo escrito por todos y cada uno de los colegas participantes), no sólo estamos ante un muestrario de calidad, sino de alguna manera (comunicación personal de una de las invitadas) de personalidades, lo que se patentiza en la variedad, asentada, de estilos.

Siendo que, como sabido es, en la Perla de Occidente todo mundo se conoce, y ya muy cercanamente, ya a cierta, siempre relativa distancia, se trata, lo expuesto por la poeta (Solórzano) no es nada desdeñable.

Hace bastante tiempo que la literatura en Guadalajara, principalmente en Guadalajara y muy notoriamente la poesía, han arraigado diríase que (aunque exageración, sitúa) masivamente y con una fortuna que difícilmente se olvida del decoro, y que en sus mejores logros exhibe una práctica de vuelo que no excluye el asombro. Pero hablemos de nombres. En lo personal me faltan dos: Mónica Nepote y Sergio Cordero. Respecto al primer caso me entero de que hubo la invitación, pero cuestiones ajenas a la voluntad de anfitrión e invitada impidieron que los poemas llegasen a tiempo. Respecto al otro, es claro que a Cordero (de muy innegable cepa tapatía –diversamente documentable, pero digamos sólo que perteneció a la segunda generación por esos lares formada bajo la generosa égida de don Elías Nandino) se le asimila, como ocurre con José Eugenio Sánchez, al universo poético regiomontano, o nuevoleonés). De todos modos me hacen falta.

Ignoro si alguien señalaría otras ausencias. Reconforta pensar que tales para mí vacíos pudieran ser cubiertos (la edición, mil ejemplares, está al parecer por agotarse) en una esperemos no lejana nueva edición.



España y su futuro. ¿Un país en transformación?,
Roberto Mangabeira Unger,
Ediciones Sequitur,
España, 2009.

El autor de este breve pero no por eso menos conciso ensayo socioeconómico, nació en Río de Janeiro hace sesenta y tres años, es catedrático de la Facultad de Derecho en Harvard –donde le dio clases, entre otros, a Barack Obama– y de 2007 a mediados de 2009 fue ministro extraordinario de Asuntos Estratégicos del próximamente saliente gobierno brasileño de Lula. Su amplio conocimiento del panorama mundial le permite, como puede comprobar el lector, hablar con total pertinencia de un país como España, al que analiza aquí tal si fuese su tierra natal.