Maguey y pulque
os aniversarios que coinciden este año nos llevan a reflexionar acerca de algunos símbolos presentes en nuestra cultura y también sobre lo que hemos dejado perder y hay que revitalizar. No es casual que en el Museo Diego Rivera haya una exposición sobre el maguey, y que en el estado de Hidalgo esté en marcha el proyecto de establecer un museo del maguey y el pulque.
Desde allá nos envía unas sabrosas notas Raúl Guerrero Bustamante que agradecemos, relativas al primer Congreso Nacional sobre el Maguey y el Pulque, efectuado los días 13, 14 y 15 de octubre. Hubo brillantes aportaciones
que, según afirma, contribuirán a fortalecer el guión para este museo que estará ubicado en la hacienda de San Jerónimo.
Estuvieron presentes varios tlachiqueros, que compartieron sus años de tanto saber y querer al maguey, cada palabra de ellos estaba involuntariamente cargada de poesía
. Los mineros de Pachuca y sus alrededores que conservan aún la tradición vinculada al pulque y las pulquerías ofrecieron su experiencia; no faltaron pulqueros y jicareros
, como El Pifas (dueño de La Hija de los Apaches) y don Sixto Valencia, dibujante de Memín Pinguín, cuyo padre fue pulquero.
Recordemos aquí que el profesor Raúl Guerrero dejó escrito un bello libro: El pulque. En su honor y en el de Oswaldo Gonzálvez se sembrarán sendos magueyes en el futuro museo. Francisco Luna Tavera intervino con el tema de la cultura ñañú y su relación con el maguey. Desde Puebla acudió Javier Gómez Marín, quien ha reunido más de 2 mil jarras de pulque diferentes; aquí viene a la memoria la bella colección de vasos y jarras pulqueras de Salvador Castillo.
La recreación de ceremonias de los antiguos mexicanos, así como el canto de los alabados, formó parte del congreso. Indispensable es el tema de las haciendas pulqueras, que junto con el maguey son expresión del patrimonio cultural de México; a esto se refirieron Antonio Lorenzo Monterrubio y Juan Antonio Siller. Y desde luego estuvieron presentes artesanos vinculados con el maguey, como los alfareros que elaboran cajetes para tomar pulque, las mujeres que hilan ixtle y quienes lo tejen. Compartieron con cocineras y estudiantes de gastronomía que se interesan en la cocina del maguey y el pulque.
Varios empresarios, como Ricardo del Razo, han lanzado ya modalidades de pulque enlatado que incluso se vende fuera del país; Mario Islas lo embotella al natural y curado. Algunos empresarios jóvenes venden pulque en el Distrito Federal y en Guadalajara. Contribuirán a que vuelva a estar presente en las mesas mexicanas esta sabrosa y nutritiva bebida.
