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El cuadro de la UNAM demostró que en casa sabe ganar, aunque fuera de ella sigue en blanco

A Pumas le bastó un gol para vencer a los débiles Jaguares

En cualquier momento los jugadores tomarán confianza: Vázquez

A veces la mente indica una cosa y las piernas otra: Cruz

En CU festejan el regreso de Morales tras un año y medio fuera por lesión

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Festejo del argentino Martín Bravo luego de anotar el único gol durante el partido de ayer en Ciudad UniversitariaFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de octubre de 2010, p. 2

Apenas un gol fue suficiente para dejar en claro dos cosas: cuando Pumas juega en casa vence, pero fuera de Ciudad Universitaria lo invade la nostalgia, le tiembla el pulso o simplemente no sabe ganar.

Ayer en su cancha no dio visos de aquello que llaman garra, coraje y recelo para defender lo propio, pero con una jugada que parecía inofensiva Martín Bravo marcó el tanto con el que los auriazules vencieron 1-0 a Jaguares.

No era cualquier cosa, los de la UNAM estaban en el tercer puesto del grupo tres, apenas un punto abajo del conjunto chiapaneco, y el juego de ayer fue de los llamados de seis puntos, por aquello de que son rivales de grupo y en pelea directa por la clasificación. Ambos equipos tenían que salir con alma de cuchilleros para disputarse la victoria.

Sin embargo, lo dijo el técnico José Guadalupe Cruz: A veces la mente indica una cosa y las piernas no obedecen. Jaguares estaba consciente de lo que arriesgaba con una derrota, pero ayer el futbol no dio para más.

Pese a la victoria, Pumas también padeció de esta rebeldía en las piernas, porque pudo terminar con un par de anotaciones más en el marcador.

Jehu Chiapas lo supo cuando quiso rematar de media vuelta un pase de su compañero Efraín Velarde; el mediocampista prendió la pelota para sorprender al portero Jorge Villalpando y la sorpresa fue para todos los que vieron cómo el disparo se fue hecho una lástima por fuera del poste derecho.

Incluso Martín Bravo, el jugador más inquietante para la visita, buscaba algo que no encontraba. Peleaba todas las pelotas, lo hacía con gambetas, metiendo la pierna, a ras de suelo o completamente caído, pero no quería dejar nada para los rivales.

Las jugadas que prometían terminar en anotaciones resultaban frustradas por el ansia de abrir el marcador. Hasta que en un saque de manos de Velarde a Bravo, el argentino giró la cabeza y apenas miró hacia la portería; no lo pensó y disparó desde media distancia. Es cierto, la pierna hizo lo que quería y esta vez decidió meter la pelota al fondo.

Mientras, Jaguares parecía estar contagiado de esa ineficacia que invade a los auriazules fuera de Ciudad Universitaria. Lejos de Chiapas, el equipo que dirige el profe Cruz apenas dio pelea.

Tuvo destellos con el intermitente Jackson Martínez, quien de pronto parecía estar con el interruptor apagado y a veces era una amenaza real para el cuadro universitario.

El colombiano hacía sudar a los rivales cada que bajaba un balón con la elegancia de un bailarín y cuando amagaba con disparar o meterse al área auriazul.

Para fortuna de los auriazules, estaba de regreso el defensa Darío Verón, punto de equilibrio y quien contagia de seguridad a sus compañeros en la zaga.

Otro regreso festejado con júbilo en las gradas fue el de Fernando Morales. La última vez que jugó el Zurdo fue el 22 de marzo de 2009, cuando se lesionó la rodilla izquierda en un partido contra el América.

Apenas lo anunciaron, la gente lo ovacionó y en cuanto pisó la cancha, a 10 minutos del final, toda CU lo recibió con emoción.

Morales dijo que fue como un segundo debut. Confesó que este día lo había soñado de manera recurrente desde que sufrió la lesión hace año y medio en el estadio Azteca: Es muy padre regresar con esta recepción de los aficionados.

Aunque ya no aumentaron los goles, Pumas salió satisfecho, dijo el técnico Memo Vázquez: Si como hoy seguimos creando opciones de peligro, en cualquier momento los jugadores agarrarán confianza, y la próxima semana ante Tigres espera por fin ganar fuera de casa.

En cambio, el timonel Cruz estaba molesto por el partido tan deslucido de ambas partes y porque sus jugadores no hicieron lo que esperaba, y así nada se consigue.

No puso excusas, pero mencionó que estuvo en su contra jugar de visita e inclusive la altura de la capital.