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Toros

Tras delicada intervención y dolorosa convalecencia, el maestro indultó un toro

Regresar a la México, ilusión a partir de mi trayectoria vigente: Mariano Ramos

Cumplirá el próximo 26 de octubre 60 años de vida y el 20 de noviembre, 39 de alternativa

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El matador Rafael Ortega fue el triunfador de la lidia de este domingo en la Feria Hidalgo 2010, realizada en la Monumental Plaza Vicente SeguraFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de octubre de 2010, p. a50

“Desafortunadamente la temporada pasada no pude venir a la Plaza México porque anduve toreando infiltrado de un hombro, y a esta plaza hay que venir al ciento por ciento de tus facultades. No, no fue sólo por torear con la espada real toda mi vida de matador, sino además por florear la reata, lazar, manganear y jinetear desde niño en charreadas, así como por picar en las tientas todo tipo de ganado, hasta desembocar en una operación muy seria y sin certeza de resultados para reconstruir el tendón rotador del hombro derecho, que se reventó. Fue una larga pesadilla, antes y después de la intervención.

“Siempre he sido muy creyente, así que me puse en manos de Dios y de dos especialistas maravillosos: el doctor Michell Ruiz Suárez, quien me operó, y una doctora y fisioterapeuta tan guapa como exigente, a la que primero le puse ‘manitas de fierro’ por la friega que me ponía, y al final ‘manos santas’ por como me dejó de bien. Sigo haciendo diversas terapias, pero ya con mis facultades totalmente recuperadas.

“A los cinco meses y medio de operado pude torear tres vacas en la ganadería de San Judas Tadeo; a la semana siguiente un novillo en un festival, y el 16 de septiembre, ya de luces, indulté un bravo y noble toro de La Guadalupana, de don Juan Flores, en Tepozotlán, estado de México, que se llamó Don Agus, en homenaje al ganadero don Agustín Chávez, que tan importante fue en mi formación.

“He alternado con las principales figuras de aquí y de allá, he podido con toros de todas las ganaderías y de todos los estilos, inmortalizando a varios, he triunfado en México, en España, en Francia, en Portugal, en Colombia, en Ecuador, en Venezuela y en Perú; he obtenido varios Estoques y Orejas de Oro en diferentes plazas, incluida la México, de la que cuatro veces he resultado triunfador de la temporada; gané cinco Rosas Guadalupanas, 14 Heraldos, el Señor de los Cristales al triunfador de la Feria de Cali; el Jesús del Gran Poder, de la Feria de Quito, y el trofeo PJ en la plaza Nuevo Circo, de Caracas. He tenido incontables salidas a hombros, he inspirado pasodobles, poemas, pinturas, crónicas y esculturas, e incluso la maestra Conchita Cintrón, en su libro ¿Por qué vuelven los toreros? habla muy bien de mí luego de verme torear una tarde en Sevilla. No es presunción, sino que luego de tantos años de triunfar en los ruedos del mundo comprobé que la sencillez y la modestia suelen malinterpretarse.

Hierros como José Julián Llaguno, Piedras Negras, San Marcos, Atenco, Mariano Ramírez o San Diego de los Padres, me han dado grandes satisfacciones que muy pocos toreros han tenido, al igual que San Martín, Garfias, Mimiahuápam, Tequisquiapan o Montecristo. Por todo ello tengo una ilusión de adolescente de volver a la Plaza México, donde los triunfos alcanzados contribuyeron a ser la figura que históricamente he sido.

Habla el maestro del toreo Mariano Ramos, que el próximo 26 de octubre cumplirá 60 años de vida y el 20 de noviembre, 39 de alternativa. Como lo ha hecho desde que es torero, se levanta a las cinco de la madrugada y se acuesta a las nueve de la noche, entrena a diario, tienta en el campo bravo varios días de la semana, ha vuelto a triunfar y confía en volver pronto a la monumental de Insurgentes, escenario que lo encumbró, en un cartel a la altura de su increíble trayectoria.