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Ver día anteriorMartes 5 de octubre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La guerra contra la cultura
L

a cultura será uno de los sectores que sufrirá más daños de aprobarse tal como está planteado el presupuesto que envió a la Cámara de Diputados el licenciado Felipe Calderón Hinojosa. Los recursos para la Secretaría de Educación Pública (SEP) para el próximo año –de los cuales dependen la mayor parte de las actividades culturales en el país– tendrían en 2011 una reducción global de 0.37 por ciento. Entre los recortes, llaman la atención, por ser los de mayor magnitud, los que se aplicarían al área cultural, a la que se quitan 2 mil 626 millones de pesos, lo que representa una caída en términos reales de -19.3 por ciento en relación con lo que le fue asignado en 2010. En contraste, los recursos para la guerra (llamados eufemísticamente presupuesto de seguridad) tendrán un aumento real de 12 por ciento. Esto muestra de manera grotesca el rostro desfigurado del país.

En una entrevista a Alonso Lujambio realizada por Laura Poy Solano (La Jornada 15/7/10), el titular de la SEP negaba que el recorte al presupuesto afectara a la cultura. Hoy vemos que no es así, pues es el área que proporcionalmente resulta más afectada entre las tareas que realiza la dependencia a su cargo en el proyecto de presupuesto citado. Lujambio señaló en esa ocasión que la cultura tiene varias pistas, algunas de las cuales se fortalecen mientras otras se debilitan. Ahora la mayoría de ellas se encuentran en el segundo caso.

Por ejemplo, las actividades culturales en el interior del país son dejadas a su suerte. El proyecto de presupuesto elimina por completo las asignaciones a los Programas de Cultura en 28 estados de la República (y en el Distrito Federal) que habían sido aprobadas como ampliaciones presupuestarias en 2010 por la Cámara de Diputados. Además se reducen el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (-9 por ciento en términos reales), el de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (-11.3 por ciento) y se cancelan los apoyos a las Instituciones Estatales de Cultura (-100 por ciento). La vida cultural en todas las entidades federativas del país quedaría de este modo prácticamente reducida a la nada, o al criterio de las decisiones y el aprecio que puedan tener por ella los gobernadores.

Hay algunos rubros que son muy importantes y que resultan igualmente castigados. Entre ellos las becas (-3.8 por ciento), el otorgamiento y promoción de servicios cinematográficos (-7.8) y uno cuyo nombre es muy ilustrativo de todo el conjunto, denominado Impulso al desarrollo de la cultura (-18.5).

La prioridad en el proyecto de presupuesto para 2011 es alimentar una guerra muy costosa cuyos orígenes son poco claros y cuyos resultados más tangibles hasta ahora incluyen haber llenado de miedo y sangre a todo el territorio nacional. Los recursos para seguridad prevén un aumento de 19 mil 609 millones de pesos. Este incremento representa por sí mismo casi el doble de todo el presupuesto para la cultura previsto por la SEP para el próximo año.

Los centros educativos en todos los niveles son transmisores de los valores culturales. El presupuesto para seguridad propuesto para 2011 (138 mil 740 millones de pesos) es superior a las asignaciones previstas por la SEP para la educación media superior y superior en conjunto (135 mil 346 millones). Lo anterior indica que algo está distorsionado. No tenemos una guerra declarada con una nación extranjera: se trata de una batalla interna que ha dejado ya más de 28 mil víctimas mortales y que absorbe cuantiosos recursos, dejando en la última prioridad a la cultura.

Creo que invertir los términos, y tener una nación con más cultura y con menos guerra, sería un objetivo por el que deberíamos luchar todos los mexicanos.