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Permanecen cuatro récords que son símbolo del dopaje

A 20 años de la reunificación, el deporte alemán sigue sin repuntar

La unión de la RDA y la RFA no fue lo esperado en JO y futbol

 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de octubre de 2010, p. a19

Berlín, 1º de octubre. Algunas veces, las marcas deportivas son efímeras. Le pasa a la mayoría de ellas. Hay otros récords que perduran y sobreviven incluso a países y sistemas políticos, pero entonces ya no son reconocidos como algo destacable, sino como símbolo de la ignominia.

Así lo ve por lo menos buena parte de Alemania cuando recuerda –en medio de los festejos por el vigésimo aniversario de la reunificación del país–, que aún existen cuatro intocables récords mundiales logrados por atletas de la República Democrática Alemana (RDA), que desapareció el 3 de octubre de 1990.

La marca más llamativa es la de Marita Koch: los 47.60 segundos que cronometró en 400 metros el 6 de octubre de 1985. También está ahí, como de otro planeta, el tiempo de 41.37 segundos de los relevos de mujeres 4x100 metros, ambos en Canberra.

No tan viejas, pero igual de distantes, son las plusmarcas en disco, los 74.08 metros de Juergen Schult (de 1986) y los 76.80 metros de Gabriele Rensch (1988).

La Federación Alemana de Atletismo, que quedó al mando después de la reunificación, quisiera hacer desaparecer esos registros, a los que considera una ignominia, porque fueron producto del sistema de dopaje aplicado “al otro lado del país.

Ese es un problema que perturba hasta hoy el proceso de reunificación del deporte interalemán, afirmó Gunter Lohre, vicepresidente de la federación. El mayor freno lo pone la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, que teme una ola de demandas si borra las marcas.

La posición de los atletas es dispar. Koch sigue sintiendo orgullo por los logros y rechaza haber ingerido sustancias prohibidas. Schult no quiere hablar del tema. Y en contraposición están las velocistas Ines Geipel y Gesine Tettenborn, quienes denunciaron el sistema bajo el que tuvieron que correr y se hicieron borrar de las listas de marcas como gesto para limpiar conciencias.

Además, en los Juegos Olímpicos, la cosecha de medallas cayó vertiginosamente. En Seúl 1988, la última aparición con dos delegaciones separadas, hubo mucho más (RDA 102 medallas, RFA 40) que en Barcelona 1992 con el primer equipo conjunto (82), para caer a un bajo histórico en Pekín 2008, con 41 preseas.

En futbol, la evolución tiene paralelismos. Ganó el más reciente Mundial en 1990, aún dividida, y no pudo repetir el título ni siquiera en casa en 2006.