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Cercano a los hermanos Beltrán Leyva, desconfiaba de La Barbie

El Grande, de policía federal a poderoso capo del narcotráfico
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de septiembre de 2010, p. 7

Sergio Villarreal Barragán, El Grande, nació el 21 de septiembre de 1969 en el estado de Durango. En 1990 entró a las filas de la Policía Judicial de Coahuila. Después ingresó a la Judicial Federal y fue ubicado en Nuevo Laredo y Reynosa, Tamaulipas.

Permaneció hasta 1996 en la Policía Federal, cuando inició una relación de negocios con el cártel de Juárez. También hizo contacto con las organizaciones criminales de Sinaloa, del Golfo, y más tarde con Los Zetas.

Durante su carrera de policía tuvo cercanía especial con los hermanos Beltrán Leyva, quienes a finales de los 90 se escindieron del cártel de Juárez.

Los Beltrán Leyva –Arturo, El Barbas; Héctor, El H; Mario Alberto, El General, y Alfredo, El Mochomo– abandonaron la organización juarense para sumarse al cártel de Sinaloa tras la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán del penal de Puente Grande, en Jalisco, en enero de 2001.

En esa época, El Grande conoció a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, con quien nunca tuvo una relación cordial, porque Villarreal Barragán desconfiaba de Édgar, a quien consideraba extremadamente ambicioso, según reportes recabados por autoridades militares.

En 2007, El Grande fue contratado por el cártel de los Beltrán Leyva, donde llegó a lugarteniente de Arturo Beltrán. Su llegada molestó a La Barbie, quien desde entonces no dejó de poner en entredicho la lealtad de El Grande para con El Barbas.

Según informes del gobierno mexicano, los hermanos Beltrán rompieron con el cártel de Sinaloa por considerar que Joaquín Guzmán Loera entregó a Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo.

En enero de 2008 en Sinaloa, Durango, Jalisco y Guerrero se desató una oleada de violentas confrontaciones entre las dos organizaciones delictivas.

Arturo Beltrán trasladó su imperio a Morelos y Guerrero. El Grande se convirtió en uno de los principales líderes de la organización, junto con Héctor y Mario Alberto Beltrán, Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio y La Barbie. Morelos se volvió zona de guerra entre grupos del crimen organizado. Comenzaron entonces los enfrentamientos con La Familia y el cártel de Sinaloa.

La presencia de Beltrán Leyva se extendió al Distrito Federal, estado de México, Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Sinaloa. Para soportar el embate de sus enemigos, el cártel de los Beltrán Leyva formó una alianza con Los Zetas, quienes se escindieron del cártel del Golfo en diciembre de 2009.

Tras la muerte de Arturo Beltrán, en diciembre de 2009 El Grande se puso a las órdenes de Héctor Beltrán Leyva, con lo que se intensificó la lucha por el control del cártel. De hecho, una vez muerto Arturo, El Grande intentó erradicar a Valdez Villarreal, al ordenar la muerte de la gente de este último en Morelos. Incluso, Villarreal Barragán llegó a culpar a La Barbie de la muerte del jefe de ambos.

La PGR ofrecía una recompensa hasta de 30 millones de pesos por información que llevara a la captura de El Grande, quien mide casi dos metros de estatura. En junio pasado el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo incluyó en la lista de personas con las que empresas de ese país tienen prohibido hacer negocios.

Decenas de asesinatos de sicarios vinculados a La Barbie, ocurridos en Guerrero, principalmente en Acapulco, entre octubre de 2009 y marzo pasado, son atribuidos a órdenes de El Grande, según información recabada por las autoridades federales. Villarreal Barragán fue capturado ayer en la capital poblana en compañía de otras dos personas.